Indra no ha llegado a un acuerdo para comprar la compañía Industria de Turbopropulsores (ITP), controlada por el grupo Rolls-Royce. La multinacional española ha roto las conversaciones y finalmente no sacará la chequera. Continuará explorando las oportunidades de inversión que encajen con su plan estratégico. La falta de acuerdo en los flecos económicos ha marcado el final del acuerdo, así como el sobrecoste que implicaban las exigencias del grupo británico.
Según explican diversas fuentes conocedoras, Rolls-Royce exigía un precio superior al fijado en un principio a cambio de que Indra pudiera mantenerse como licenciatario de la compañía, teniendo al mismo tiempo las manos libres para seguir trabajando con compañías de la competencia.
En un primer momento, el precio que se barajó fue de en torno a 1.000 millones de euros por el 70% de las acciones. Una cantidad para la que Indra ya contaba con financiación suficiente. Sin embargo, este nuevo fleco económico elevaba el precio final. Ante esta situación, la compañía española ha acordado romper las conversaciones.
Para Indra era fundamental que la adquisición de esta compañía estuviera respaldada por un plan de negocio que consolide a la compañía como proveedor de primer nivel (Tier 1) de los principales fabricantes de motores aeronáuticos del mundo.
El equipo negociador que encabezaba Ignacio Mataix, el fichaje estrella de Abril-Martorell, quería asegurar una cartera de pedidos a largo plazo con clientes tan jugosos como son Pratt&Whitney, Honeywell y General Electric, aparte, por supuesto, de Rolls-Royce.
Las negociaciones avanzadas que arrancaron hace meses, y que fueron adelantadas por La Información, han acabado por tanto sin acuerdo. "Indra continuará con la ejecución de su plan estratégico y seguirá explorando las oportunidades de inversión que tengan encaje en dicho plan", apunta la compañía en un hecho relevante en la CNMV.
El presidente de Indra, Fernando Abril-Martorell, aseguró durante la junta general de accionistas de la compañía el pasado mes de junio que la compra de ITP sería "transformacional" para Indra, pues la dotaría de mayor escala en el ámbito aeroespacial para competir mejor en los mercados internacionales, a la vez que mejoraría su 'mix' de negocio.
Fuentes de la compañía asegura que la falta de acuerdo "no afecta a las perspectivas positivas ni a la estrategia de Indra, que sigue centrada en un crecimiento rentable orgánico". En este sentido, insisten en que existe una "alta capacidad" para lograr ese incremento del negocio, como ha quedado demostrado en el primer trimestre de 2019.
Sobre otras oportunidades de adquisición, Indra seguirá analizando "de forma activa". "Está en las mejores condiciones para afrontar cualquier inversión en activos que complementen su portafolio de productos y servicios y encajen en su plan", apuntan.
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