Años atrás

La paradoja de Isla: cesó de sus cargos fuera de Inditex a sugerencia de Ortega

El presidente saliente abandonó sus responsabilidades en Telefónica en 2017 para centrarse en el gigante textil. Ahora deberá esperar para volver a ponerse al mando de una gran empresa.

Pablo Isla Inditex
Pablo Isla, presidente saliente de Inditex
Europa Press

"Me veréis toda la vida en Inditex". Con estas palabras, Pablo Isla afirmaba hace ya diez años su amor por el gigante textil ante los rumores que aparecían sobre un posible cambio de aires. Hoy la situación es bien distinta. Isla saldrá en unos meses de manera definitiva del grupo tras 17 años, en un periodo de transición acelerado sobre el que todavía quedan muchas dudas por resolver, sobre todo por el rápido ascenso de su sucesora, Marta Ortega, y el firme compromiso que el ejecutivo ha mostrado durante todo este tiempo por el proyecto. Ahora Isla, que abandonó la presidencia de Altadis primero y renunció después a su puesto como consejero en Telefónica, deberá esperar para incorporarse nuevamente a una gran empresa.

Su intención de focalizarse únicamente en Inditex respondió a la sugerencia del fundador del gigante textil, Amancio Ortega, quien consideraba que lo más idóneo era focalizar sus fuerzas en la compañía gallega, recuerdan las voces consultadas. Corría el año 2011 y Ortega quería reducir su exposición, lo que le llevó a dejar el consejo de administración y traspasar todo su poder a Isla, quien ya era consejero delegado desde 2005, año en el que sustituyó a José María Castellano. A esa responsabilidad se sumó la presidencia ejecutiva, cargo que asumió durante ocho años hasta que pudo descargar parte de sus laborales en Carlos Crespo, hombre de su confianza.

Isla entendió que ser presidente y CEO de la empresa con mayor capitalización bursátil de la bolsa española conllevaba sacrificios. El más importante lo hizo en Telefónica, donde dejó de ser consejero en 2017. Acumulaba hasta entonces 15 años como independiente en la operadora. Su aterrizaje se produjo de la mano del entonces presidente, César Alierta, y se rumoreó que dicha llegada podría traducirse años después en un relevo. Pero no fue así. Alierta dejó Telefónica en 2016 en manos de José María Álvarez-Pallete y un año más tarde Isla abandonó la compañía y prefirió no optar a la reelección. Desde el sector esgrimieron razones de gobierno corporativo, habida cuenta de que llevaba tantos años en la compañía que no podía seguir en el cargo con la etiqueta de independiente.

Pero la de Telefónica no fue la única tentación. Primero llegó la inevitable salida de Altadis, en 2005. Ese año era el quinto ejercicio de Isla al mando de la compañía, que viva un momento dulce tras haber crecido a triple dígito sobre el parqué y multiplicado su presencia internacional. La filtración de las intenciones de Inditex de fichar a Isla forzaron un comunicado de la compañía tabacalera que lo revelaba: "Pablo Isla abandona la compañía para asumir importantes responsabilidades ajenas". Él, por su parte, aprovechó para mostrar su "profundo agradecimiento, tanto hacia empleados y cuadros directivos como hacia el consejo de administración por la gratificante experiencia empresarial vivida".

Y no hay dos renuncias sin una tercera. Isla centró todas las miradas de la política nacional tras el resultado de las elecciones de 2011. El motivo: Mariano Rajoy había llegado a La Moncloa y había mostrado su interés en incorporar al ejecutivo como vicepresidente económico. El perfil de Isla ha gustado y gusta en aquel Partido Popular que hoy lidera Pablo Casado. Tal fue el ruido que Isla tuvo que salir al paso y zanjar cualquier tipo de especulación:"Me veréis toda la vida en Inditex", espetó ante los medios de comunicación tras ser preguntado en varias ocasiones, pese haber afirmado en primer momento que no quería entrar en "cuestiones ajenas".

Sucesión acelerada

Pese a los compromisos adquiridos y una larga trayectoria de 17 años, la hoja de servicios de Pablo Isla en Inditex terminará en unos meses. El relevo generacional en la familia Ortega se traducirá en el ascenso a la presidencia de la hija pequeña de la familia, Marta. Con 37 años será la mujer más joven en la historia en dirigir una cotizada española. Y lo hará con un ascenso vertiginoso, dado que no ocupaba ningún cargo de responsabilidad hasta entonces en la compañía.

Pese a ello, Isla ha querido enfatizar en que la benjamina "ha impulsado mucho la compañía a través de iniciativas propias" y que el proceso se ha estudiado al milímetro. "Llevamos años trabajando en esto", añadió. Ella, por su parte, aseguró sentirse muy emocionada con el reto. Fueron sus segundas y únicas declaraciones al respecto, después de deslizar en verano que su llegada a la presidencia era cuestión de tiempo. "Estaré allí donde se me necesite", dijo en una entrevista en la revista del Wall Street Journal que despertó todo tipo de expectativas.

Solo el tiempo valorará justamente la idoneidad del cambio. Isla abandona la compañía tras un periodo lleno de éxitos que le han llevado a ganar distintos reconocimientos dentro y fuera de España. La revista Forbes le nombró hace nada más un año mejor CEO de la década, premio similar al que poco antes le había concedido Harvard Business Review. De momento, el mercado se ha mostrado reacio a su marcha y los analistas han acogido la noticia con prudencia, coincidiendo en que el legado de Isla será difícil de superar.

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