Juego de tronos en Foment por el adiós de Gay de Montellà en plena crisis catalana

  • Máxima tensión en la patronal catalana entre acusaciones a Cecot (Pymes) de compadreo con el independentismo y bronca tras el 'decreto Fainé'.
El presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.
El presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.
El presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.
El presidente de la patronal Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà.

Terremoto en la patronal más antigua de España, la catalana. El ambiente en Foment del Treball Nacional es de máxima tensión en vísperas de las elecciones del 21 de diciembre que pueden cambiar la deriva del Govern y cuando apenas quedan unos meses para conocer quién será el sucesor de su presidente, Joaquim Gay de Montellà. El motivo de la discordia es Cecot, la patronal que agrupa a cientos de pymes del Vallès y a la que algunos en Foment acusan de coquetear con el independentismo. Su líder, Antoni Abad, está dispuesto a dar la batalla y optará a la sucesión.

El origen de la discrepancia actual se remonta al mes de septiembre y tiene que ver con el proceso independentista de Cataluña. Días antes del referéndum del 1 de octubre, Antoni (o Toni) Abad expresó su postura: defendió el derecho de consulta de los catalanes, lo que fue interpretado por el sector de Foment cercano a Gay de Montellà como una traición. A partir de ese momento se comenzó a tachar a Abad y a Cecot de "independentistas", pese a que ni el empresario ni la patronal vallesa han defendido en ningún momento la secesión de Cataluña; ni siquiera han apostado oficialmente por el derecho a decidir. 

Otro hecho que molestó especialmente en Foment fue el hecho de que Cecot se integrara en la llamada 'Taula per la democràcia' (Mesa por la democracia). Y es que, aunque Cecot no participó en la fundación de este movimiento junto a CCOO, UGT y otros tres socios de Foment, sí entró luego en la organización que convocó el paro general del 3 de octubre. Se justificó, según fuentes empresariales consultadas por La Información, en coadyuvar a que la protesta no derivara en huelgas generales y que los movimientos radicales no tomaran el mando de las protestas. Foment acusó entonces a Toni Abad y Cecot de traición. Se comenzó a hablar entonces de la expulsión de la multisectorial vallesana e incluso se llegó a publicar la apertura de un expediente para que salieran de la patronal.

Un tercer hecho que agrandó la brecha entre el entorno de Gay de Montellà y Cecot fue una carta que la patronal vallesa envió al ministro de Economía, Luis de Guindos, tras la aprobación del famoso 'decreto Fainé' que permitía que el cambio de domicilio social de empresas como CaixaBank pudiera efectuarse con una decisión del consejo de administración. Cecot le expresó por escrito al ministro su disconformidad con un decreto-ley que, bajo el punto de vista de la organización catalana, ha cambiado el sistema mercantil español. El problema surgió cuando en Foment se enteraron por la prensa de esta misiva. Concluyeron que Abad y Cecot van por libre y algunos volvieron a reiterar su deseo de expulsar a una patronal activa e incómoda.

Fuentes empresariales aseguran a La Información que Gay de Montellà llegó a plantear ante el comité ejecutivo de Foment la salida de Cecot. Sin embargo, tras un debate interno varios integrantes de la cúpula de la patronal apostaron por que la mejor opción era forzar la marcha voluntaria. "Que se vayan ellos mejor", en definitiva. En el lado contrario, Toni Abad opina lo contrario y en ningún momento ha planteado o maniobrado para dejar la organización, a pesar de las discrepancias con la forma de pilotar que existen.

En este ambiente se ha producido un hecho que ha servido de munición para los rivales de Cecot y Abad. Se trata de dos demandas que ha presentado Xavier Chalé, exgerente (fue despedido tras descubrirse problemas contables) del grupo Montcau, propiedad de la familia Abad. Existen demandas cruzadas, pero los enemigos de Cecot han echado mano de una reciente modificación de las normas internas para plantear la expulsión de Abad: se recoge que ningún empresario envuelto en un proceso judicial puede optar a presidir Foment. No se especifica, en cambio, en qué momento de la fase procesal debe encontrarse la causa, ya que por ahora sobre Antoni Abad no pesa ninguna condena.

Antoni Abad, presidente de Cecot, junto a Mariano Rajoy.
Antoni Abad, presidente de Cecot, junto a Mariano Rajoy.

La guerra es total. Fuentes empresariales añaden que en el entorno de Gay de Montellà se busca, como sea, acabar con las aspiraciones de Toni Abad a sucederle al frente de Foment. El candidato oficialista, según las mismas fuentes, es Joan Castells, presidente y consejero delegado de la mutua de seguros FIATC, que se vería las caras con Abad. ¿Y un tercer candidato? No se descarta que desde ámbitos cercanos a CaixaBank y Sabadell se impulse algún nombre de cara a unas elecciones que deberían celebrarse, a lo máximo, a finales del próximo año. Sin embargo, en Foment se habla ya de un adelanto electoral en la decana de las patronales.

Una batalla que viene de lejos  

Las discrepancias entre Foment y Cecot no son nuevas. La patronal del Vallès ha opinado con criterios propios en aspectos controvertidos. Por ejemplo, ha defendido la acogida de los refugiados, ha apostado por la implantación de una Renta Básica Universal y ha elevado la voz a favor de una reforma de la administración pública en la que haya menos funcionarios, mejor pagados y con un nivel mayor de profesionalización. 

El pasado mes de febrero, ambas partes firmaron un pacto de caballeros en el que Cecot se comprometía a cumplir los reglamentos y respetar los códigos éticos y normas de buen gobierno. Sin embargo, a la vista de lo relatado, la entente apenas ha durado medio año. ¿Cabría la posibilidad de que Cecot saliera y montara su propia patronal? En la propia Junta directiva de Foment hay quien teme esa posibilidad que dividiría en dos al empresariado catalán.

El próximo 27 de diciembre está previsto que se celebre la próxima asamblea general de Foment, justo seis días después del 21D. Se anticipa revuelta por todo lo que está sucediendo y porque nadie espera que Abad y Cecot vayan a dar su brazo torcer, más allá de la relación que tengan con Artur Mas o Carles Puigdemont. El relevo en la patronal catalana, por cierto, coincidirá en el tiempo con la sucesión en la CEOE, donde ya se están produciendo movimientos para ocupar el sillón de Juan Rosell.

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