La sede de Audi en Alemania vuelve a ser registrada por presuntas manipulaciones

  • Se investiga el uso de dispositivos técnicos para la manipulación de las emisiones de los motores diésel V6 de 3 litros destinados al mercado europeo.
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Agentes de la Fiscalía y de la Policía alemana registraron de nuevo este martes la sede central del fabricante automovilístico Audi, filial de Volkswagen, como parte de las investigaciones por la manipulación de emisiones contaminantes en vehículos diésel.

Según informó la Fiscalía de Múnich en un comunicado, con autorización de un tribunal de primera instancia de la capital bávara se realizan registros en oficinas de la central de Ingolstadt (sur de Alemania), en la planta de Neckarsulm (suroeste) y en una vivienda particular. "El foco de la investigación está en el uso de dispositivos técnicos para la manipulación de las emisiones de los motores diésel V6 de 3 litros destinados al mercado europeo", explicó.

14 personas acusadas

La Fiscalía informó además de que hay catorce personas acusadas en la investigación en marcha por el fraude en vehículos diésel vendidos en Estados Unidos, ninguna de ellas miembros actuales o antiguos de la dirección de Audi.

En los procesos abiertos se investiga los presuntos delitos de fraude y publicidad ilegal en la venta en Europa y en Estados Unidos de al menos 201.000 vehículos diésel desde 2009.

En ese contexto se ha abierto también un procedimiento de imposición de sanciones económicas contra miembros de la dirección de Audi todavía no identificados y contra la propia empresa, por su posible cooperación o participación en los hechos.

En marzo del año pasado la Fiscalía de Múnich adelantó que investigaba a Audi por fraude y publicidad ilegal en la venta en EEUU entre 2009 y 2015 de alrededor de 80.000 vehículos.

Según explicó entonces, la sospecha era que se habían instalado dispositivos para manipular los valores de las emisiones con el fin de cumplir los límites fijados en Estados Unidos, sin informar a los compradores.

El mes pasado la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA), dependiente del Ministerio de Transportes alemán, ordenó a Audi llamar a talleres y reparar más de 127.000 vehículos diésel manipulados.

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