El grupo automovilístico Volkswagen admite que las consecuencias de la guerra en Ucrania comienzan a notarse en las cadenas de suministro, con efectos notables en los tipos de cambio y en los precios de los insumos. Pese a ello, la firma alemana apuntó que todavía no se puede prever con suficiente seguridad los efectos de la guerra en Ucrania y que se mantiene el riesgo de que la contienda bélica vaya a tener efectos negativos en el consorcio por cuellos de botella en los suministros y los elevados precios de las materias primas. Asimismo, un recrudecimiento de la pandemia de la Covid-19 puede crear más problemas de suministro, sobre todo de semiconductores.
El grupo, que adelantó este jueves algunas cifras provisionales del balance del primer trimestre, que publicará el 4 de mayo, avanza un resultado operativo antes de extraordinarios de 8.500 millones de euros hasta marzo, un 77% más que hace un año, y una rentabilidad operativa sobre las ventas de 13,5%.
La evolución del negocio automovilístico es robusta y también tuvo efectos positivos de 3.500 millones del valor de instrumentos financieros para cubrirse de fuertes cambios de los precios de las materias primas. Por su parte, el flujo de caja en el negocio automovilístico fue de 1.500 millones de euros y la liquidez neta de 31.000 millones de euros, cantidad que incluye la reducción de una deuda híbrida de 1.100 millones de euros y la nueva emisión de este tipo de deuda de 2.250 millones de euros en marzo.
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