El lujo es el canario en la mina del sector de la moda: si hay problemas, son las primeras en caer. Lo fue en 2008, cuando la empresa de joyería estadounidense Tiffany fue la primera en dar señalaes, recortando su beneficio un 32% en el año del estallido de la Gran Recesión. Ahora, algunos de los primeros resultados de 2023 han confirmado la debilidad de este segmento de la moda, que presenta síntomas de estancamiento en la recta final del año tras una campaña de Navidad descafeinada.
En la crisis financiera, los concursos de acreedores no llegaron a España hasta 2009 en el sector de la moda. La primera en caer fue la empresa madrileña especializada en bolsos para mujer Fun&Basics, que antes de estrenar las quiebras en España contaba con ochenta tiendas en todo el país. Antes, sin embargo, el lujo había encendido las alarmas. En 2008, tras haber registrado un resultado de récord el año anterior, LVMH firmó un ligero incremento del 4%.
Ahora, el último signo en el debilitamiento del lujo lo ha dado también su máximo exponente, el conglomerado francés LVMH, al presentar sus resultados anuales. La mayor empresa de moda de lujo del mundo ha pisado el freno en su crecimiento en 2023, que apenas ha alcanzado el 8,8%, frente al 23% que anotó el año anterior, aunque la bolsa incluso esperaba peores números. Gran parte del retroceso de la compañía se debe a la actividad del último trimestre del año, el más importante para la moda, en el que la compañía francesa apenas ha aumentado sus ingresos un 5,5%, frente al 13% de un año atrás.
La compañía fundada por Bernard Arnault se ha sumada así a una oleada de resultados negativos para la industria y hace patente las expectativas del sector. En noviembre de 2023, el estudio realizado por la fundación Altagama y la consultora Bain&Company estimaba un crecimiento del lujo para 2023 del 4% a escala global, hasta 362.000 millones de euros, frente a crecimientos más pronunciados de años anteriores.
En España, el lujo cuenta aún con unas perspectivas un poco más halagüeñas, pero sin alcanzar tampoco las dos cifras. Según los cálculos realizados por el Circulo Fortuny, el sector de la alta gama en España crecerá entre un 7% y un 9% hasta 2027.
Oleada de 'profit warning' en el lujo
Las ventas del cuarto trimestre también han frenado el crecimiento del conglomerado de moda Richemont en el ejercicio. El negocio de la compañía se frenó en el último trimestre del año coincidiendo con la campaña de Navidad. En concreto, la facturación del grupo creció un 8% hasta 5.600 millones entre octubre y diciembre de 2023, respecto al mismo periodo del año anterior, con una contracción en el mercado europeo del 3%.
Richmenont ha ido escalando posiciones el último año hasta convertirse en el segundo mayor grupo de moda del sector. La empresa suiza, que cuenta con la joyería como punta de lanza, nació en 1988 cuando la familia Rupert decidió escindir el negocio internacional del grupo Rembrandt, la empresa familiar.
También es una empresa familiar la primera empresa de lujo del mundo, LVMH. La empresa nació en 1987 furto de la fusión entre Moët Hennessy y Louis Vuitton. En la década de los noventa y de la mano de Bernard Arnault, LVMH encabezó el lucrativo matrimonio entre históricas casas de lujo (la mayoría controladas por la familia hasta entonces) y el capital.
Otro de los grandes damnificados por la caída del lujo ha sido Kering. La compañía francesa terminó el ejercicio reduciendo sus ventas un 3% y constatando una tendencia que llevaba registrando a lo largo del ejercicio. Sólo en el tercer trimestre del ejercicio, el conglomerado francés encogió su cifra de negocio un 14%, siendo el periodo en el que más cayó. Serán decisivos los resultados del cuarto trimestre de la empresa, que se publicarán junto a los resultados anuales el próximo 8 de febrero.
Kering es la tercera empresa en el podio de las compañías de lujo del mundo. La empresa francesa nació en 1963 de la mano de François Pinault, especializada entonces en materiales de construcción. La compañía, anteriormente denominada PPR, es dueña de Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent y Bottega Veneta, entre otras marcas.
La empresa que inició la que ya se ha convertido en una oleada de profit warnings en el sector fue la británica Burberry. Tras “experimentar una mayor desaceleración en nuestro periodo comercial clave de diciembre”, la empresa liderada por Jonathan Akeroyd señaló que el beneficio a cierre del ejercicio se situará muy por debajo de lo previsto, con un beneficio operativo ajustado de entre 410 millones y 460 millones de libras. Antes del bache de final de año, la empresa había anticipado un crecimiento de entre 552 millones y 668 millones de libras.
Las advertencias también han llegado desde el otro lado del Atlántico. El gigante estadounidense Tapestry, que acordó el pasado agosto la compra de su competidor Capri, cerró los tres primeros meses de su ejercicio (periodo finalizado el 30 de septiembre) elevando un 0,5% sus ventas en comparación con el mismo periodo de 2022, mientras que el beneficio se mantuvo plano. Tras estos resultados, la compañía espera ingresos de 6.700 millones de dólares, lo que supone mantener las ventas prácticamente planas respecto al ejercicio anterior. Hasta ahora, la compañía esperaba alcanzar los 6.900 millones de dólares.
