Esperarán hasta 2022

De McDonald's a KFC: la restauración subirá sus precios si persiste la inflación

Las cadenas de foodservice han asumido el aumento de costes a base de recortar sus márgenes pero, por primera vez, estos gigantes han empezado a admitir que valoran repercutir la subida en el consumidor. 

Restaurante de KFC en Barakaldo (Euskadi)
Restaurante de KFC en Barakaldo (Euskadi)
Europa Press

Ni el Big Mac ni los famosos cubos de pollo rebozado tienen salvoconducto para salir ilesos de la intensa presión inflacionaria. Desde que arrancó la escalada de las materias primas y se dispararon los costes energéticos, las grandes cadenas de restauración han defendido que han sido ellas mismas quienes han aplacado el aumento de costes a base de recortar los márgenes del negocio. La escena podría cambiar en un par de meses. De McDonald's a KFC, los gigantes del foodservice han empezado a admitir, por primera vez desde que comenzó la crisis eléctrica, que prevén repercutir el aumento de costes en el cliente final si el escenario inflacionista se mantiene en 2022.

Los grupos de restauración de marca han dado un vuelco al tablero de sus preocupaciones. El año pasado las principales amenazas que percibía el sector fueron la pérdida de poder adquisitivo del consumidor (86%), la caída del turismo internacional (71%) y la rigidez de los alquileres (71%). Este año lo que quita el sueño a la industria es el encarecimiento de la materias primas (74%) y de otro tipo de costes como los del transporte y la energía (58%). 

Así lo apunta el 'IV Anuario de la Restauración de Marca en España' que presentaron la patronal del sector Marcas de Restauración, la consultora The NPD Group y la big four KPMG esta semana. La primera representa a los principales operadores del sector en nuestro país como la cadena AmRest (dueña de marcas como La Tagliatella o KFC), Áreas, Ikea o McDonald's. El panorama que dibuja el informe anticipa una importante labor de gestión de costes por parte de los gigantes del foodservice que, entre otras medidas, han abierto la puerta a trasladar a los consumidores una escalada de precios que podría tener efectos millonarios en las cuentas de estas compañías.

El esfuerzo de las compañías de restauración, lo mismo que los grupos de distribución, por absorber el impacto del incremento de costes durante el mayor tiempo posible ha mantenido al cliente final al margen de la presión inflacionista en sus locales. Pero estas compañías se preparan para retirar su 'parachoques'. Así lo han trasladado desde la patronal. "La repercusión de las subidas de las commodities, el transporte y la energía en el consumidor dependerá de si el escenario inflacionista es coyuntural o, por el contrario, se mantiene más de lo que podemos soportar", zanjaron en la presentación del citado estudio. 

Los números de las grandes cadenas de restauración empiezan a parecerse a las cifras previas a la crisis sanitaria. En 2019, la restauración de marca alcanzó niveles récord en España tras facturar 37.400 millones de euros. Entre enero y septiembre de 2021 la facturación del foodservice rozó los 21.200 millones de euros, un 25,7% por debajo del mismo periodo de 2019. El objetivo del sector es reponerse completamente del varapalo del coronavirus, pero en su camino hacia la recuperación los gigantes de la industria se han topado con el obstáculo de la inflación.

Entre enero y septiembre de 2021 la facturación del foodservice rozó los 21.200 millones, un 25,7% por debajo de los niveles prepandemia

El impacto del alza de costes, que se ha extendido a todos los sectores, está marcado por un efecto dominó que ya ha llegado a las cadenas de restauración. El encarecimiento de las importaciones debido al fuerte aumento de los fletes y la subida exponencial del precio de la energía se han prolongado durante meses, obligando a los fabricantes a subir los costes para no producir a pérdida. Esto, a su vez, ha afectado a las grandes cadenas de supermercados y restauración que, hasta el momento, han absorbido el golpe con rebajas en los márgenes. 

Pero la presión empieza a calar entre los gigantes de la restauración que, en muchos casos, están en manos de grandes fondos de inversión que, en el momento de entrar en el capital de estas formas, se comprometieron a lograr retornos en un plazo determinado. La pandemia ralentizó las perspectivas de crecimiento de estos colosos del foodservice, que salvaron los muebles gracias al reparto a domicilio. Ahora, el sector mira a 2022 donde si tal y como se espera la presión inflacionaria se mantiene, las grandes cadenas acometerán ajustes al alza en sus precios de venta.

Mostrar comentarios