Meliá no teme a las demandas por sus hoteles en Cuba. Esto es lo que se deduce de las aclaraciones sobre las contingencias que la hotelera española hace en su informe semestral de cuentas. La compañía señala que declina las demandas interpuestas contra sus hoteles en Cuba por "falta de jurisdicción y competencia judicial internacional" que aún se encuentran pendientes de resolución.
El pasado día 3 de julio Meliá recibió notificación de demanda interpuesta en España por "enriquecimiento ilícito", tal y como la propia compañía reconoce, durante los últimos cinco años como consecuencia de la gestión hotelera de dos establecimientos en la isla. Este hecho es consecuencia del levantamiento de la suspensión del título tercero de la Ley Helms-Burton, la columna vertebral del embargo estadounidense sobre la isla.
Mediante este procedimiento, los estadounidenses, tanto si lo eran o no en el momento de la expropiación, tienen la posibilidad de presentar en tribunales de Estados Unidos reclamaciones de bienes confiscados en Cuba a empresas extranjeras que mantengan algún tipo de relación comercial con ellos. En cambio, y según indica la hotelera, las demandas contra los hoteles que ellos gestionan se han interpuesto en nuestro país, por lo que, como ellos alegan, carecen de jurisdicción para iniciar este procedimiento judicial.
Desde la compañía consideran que este hecho no supondrá ningún daño sobre las cuentas de la hotelera ni "quebranto patrimonial" alguno, tal y como señalan en el informe semestral.
La mallorquina cuenta con 34 hoteles en la isla caribeña, lo que supone, según sus propios datos, hasta un 30% de la cuota de estancias que se registra en todo el país. "Cuba tiene dos de las cosas más importantes, seguridad y estabilidad", señalaba Escarrer hace apenas unos meses. "Nunca nos hemos arrepentido de apostar por el desarrollo turístico de Cuba", continuaba y mostraba así su intención de no abandonar el país.
Pese a que las hoteleras españolas no se muestran preocupadas por este hecho, en una visita de la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, a la isla las principales firmas tuvieron una presencia destacada. La propia titular de la cartera se sentó frente a frente con Gabriel Escarrer, presidente de Meliá; Miguel Fluxá, propietario de Iberostar; y Simón Barceló, dueño de la firma del mismo nombre, en un evento organizado por la Cámara de Comercio, CEOE e ICEX, en el que Maroto defendió la posición de las firmas españolas frente a la decisión de Estados Unidos.
Ya entonces desde el ministerio señalaban que la decisión de Donald Trump "dará lugar a una espiral de demandas y contrademandas que empeorarán la relación económica transatlántica", algo que desde nuestro país se quería evitar a toda costa pero que finalmente ha salpicado a las compañías nacionales.
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