Un Mobile con menos 'procés' catalán: “No ha habido el ruido del año pasado”

  • Directivos de fabricantes y operadores coinciden en que los ánimos estuvieron mucho menos caldeados durante el evento tecnológico.
Imagen del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona en 2019.
Imagen del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona en 2019.
Efe

"El año pasado no había corrillo en el que no se hablara sobre el procés catalán y cómo afectaría al evento; este año apenas se ha hablado sobre ello". Son las palabras de un alto directivo de una de las grandes operadoras de telecomunicaciones en España. Su visión coincide con la de otros muchos consultados estos días. Pese a la repetición de los gestos en la cena inaugural, este ha sido un Mobile World Congress (MWC) con "menos ruido" político.

El arranque no invitaba precisamente a pensar que esta sería la conclusión de directivos y asistentes. Los Comités de Defensa de la República (CDR) calentaban el evento con protestas y cortes de tráfico en el centro de Barcelona, alzando la voz contra el Rey Felipe. La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, decidían de nuevo no acudir al tradicional besamanos del monarca. El propio Torra plantó a la comitiva para no hacerse la fotografía en el pabellón de España de la Fira de Barcelona. Y los ex consellers de la Generalitat declaraban en el Tribunal Supremo por el juicio del procés.

Pese a todo, los ánimos se acabaron templando y, en contraposición a lo sucedido en la edición de 2018, las conversaciones no versaron sobre la independencia o la inestabilidad política. "Ha habido mucho menos ruido que otros años; apenas nos han preguntado nuestros directivos internacionales... Ha habido más problema por la huelga de metro que por esto", apunta otro directivo de uno de los grandes fabricantes de móviles. No es el único. Más de una decena de 'jefes' o cargos intermedios consultados coinciden con esta visión.

El Gobierno de España, que quiso exhibir fuerza con el envío a la inauguración del evento de una delegación nutrida de altos cargos encabezada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de defender su papel en esta rebaja de la tensión. Tanto la ministra de Economía, Nadia Calviño, como el secretario de Estado de Avance Digital, Francisco Polo, resaltaron el esfuerzo llevado a cabo por el Ejecutivo para "reforzar el compromiso del Mobile con Barcelona".

El veto a Cabify

Aunque la resonancia política ha sido menor, hubo quien interpretó el veto a Cabify, principal startup tecnológica en España, por parte de la organización como un movimiento político impulsado por la Generalitat, parte fundamental de la organización al aportar un tercio del presupuesto (5 millones de euros) junto con el Ejecutivo central y el Ayuntamiento. El año pasado su responsable para España, Mariano Silveyra, pudo participar sin ninguna cortapisa.

Más allá del veto, la ausencia de la compañía española en las calles de la ciudad, tras la suspensión de su servicio por el decreto de la Generalitat para limitar a las VTC, sí que generó cierto ruido. No sólo eso. También el transporte en la ciudad, por los atascos y el tráfico en los accesos y también por la incidencia de la huelga de metro. En las horas punta sí que hubo serias dificultades para acceder al recinto ferial.

El 5G... y el protagonismo de Huawei

Si no ha habido tanta conversación sobre política... ¿ha habido grandes anuncios? El 5G volvió a inundarlo todo. No sólo en las presentaciones de las grandes operadoras de telecomunicaciones, que tratan de encontrar casos de uso suficientes para darle sentido a las ingentes inversiones que deberán afrontar para el despliegue de las redes. También en las de los fabricantes de móviles. De hecho, los dos gigantes chinos -Huawei y Xiaomi- presentaron en la feria sus primeros dispositivos compatibles para 5G.

Todos coinciden que, pese a ese afán por destacarlo durante la feria, el 5G no se ofrecerá a través de servicios comerciales hasta mediados del próximo año. "El ecosistema tecnológico no es suficiente para dar el paso comercial; le falta aún un poco", explicaban desde Vodafone, una de las operadoras que más interés ha mostrado en enseñar los avances de esta nueva generación de conexiones ultrarrápidas. 

El 5G comparte protagonismo también con un invitado inesperado: Huawei. La presión de Estados Unidos para tratar de ganar aliados en su batalla contra el fabricante asiático se trasladó a la feria, con acercamientos de la delegación del Gobierno de Trump a sus homólogos españoles. Tal ha sido la intensidad de los focos que el presidente rotatorio de la compañía, Guo Ping, dedicó buena parte de su intervención en una de las mesas sobre conectividad a responder a las acusaciones estadounidenses. Y acabó ironizando: "Nunca antes nos habían hecho tanto caso. Algo debemos estar haciendo bien".

Ante esta expectación, directivos (y políticos) acabaron posicionándose en esta particular batalla con grandes dosis de política. Telefónica y Vodafone han calcado la posición: son necesarias más evidencias de los riesgos de espionaje para tomar decisiones. Los británicos fueron más allá y alertaron del riesgo de excluir al líder en suministro de equipos de telecomunicaciones de un mercado dominado por tres grandes empresas -Nokia y Ericsson son las otras dos-. En el caso del Gobierno, el secretario de Estado de Avance Digital se limitó a apoyar la propuesta de la GSMA -organismo conformado por los principales operadores de telecomunicaciones y encargado de la organización de la feria- que persigue crear un sistema de certificación de los equipos para todo el continente y proveedores.

Queda por ver si, finalmente, se confirman las previsiones menos ambiciosas de asistencia (la organización esperaba la asistencia de 107.000 personas durante los cuatro días, ligeramente inferior a la del año pasado). Se pondrá así broche final a una edición donde la temperatura política fue mucho menor.

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