La plataforma española de compraventa de motocicletas Mundimoto alcanzó los 70 millones de euros de ventas durante el ejercicio pasado cuando dio entrada al ex consejero delegado de Inditex, Pablo Isla, como accionista. El directivo, que también hace las veces de asesor estratégico, se sumó a Mutua Madrileña y el primer ejecutivo de Gestamp, Francisco Riberas. La compañía ‘estabiliza’ la cuenta de resultados tras disparar el negocio en 2022 y busca acelerar en el mercado del renting -para cerrar el círculo de la vida útil de la motocicleta- con Santander como socio de cabecera y potenciar las tiendas físicas. Por ahora no se plantean levantar más capital después de haber sumado más de 30 millones de euros en dos años y haber creado un ‘pool’ de bancos para la financiación bancaria.
El año 2022 fue el de al explosión. “Metimos mucho el acelerador”, asegura a La Información el consejero delegado y cofundador, Josep Talavera. Multiplicaron por cuatro las ventas hasta los 56 millones de euros y todo ello haciendo crecer las pérdidas operativas, pero de manera controlada, hasta los 7 millones (5,6 millones de ‘números rojos’ netos). En 2023, ante el cambio de sentimiento en el mercado, la empresa decidió “estabilizar la compañía” con un crecimiento “sostenible y rentable”. Las ventas han subido un 25% hasta los 70 millones. Y el resultado bruto operativo se ha situado más cerca un equilibrio -aunque aún en pérdidas-. Unos números negros que esperan para este año.
En el capital hace “cuatro meses” dieron entrada a Pablo Isla como accionista, a través de una sociedad personal. Lo hizo también coincidiendo con la subida de la apuesta de Mutua Madrileña que adquiría un 5% adicional en la compañía. El ejecutivo, al que el fundador conoce del programa Endeavor en España, se estrena como inversor de una startup en España. No se ha hecho pública la cantidad con la que irrumpe. También se convierte en ‘advisor’ de la startup.
Estas dos últimas transacciones son al margen de los 10 millones de euros ya anunciados y levantados en 2023. En 2022, que cerraron con dos de los cofundadores, Josep Talavera y Alberto Fossas como principales socios repartiéndose más del 60% de los títulos, sumaron 21 millones de euros -en dos ampliaciones-. Con estos movimientos, la compañía no pretende captar más capital a corto plazo. “Estamos financiados; si encontramos un socio adecuado, sí pero también hay que tener en cuenta para qué necesitamos el dinero”, apunta Talavera.
Esa financiación que ya tienen es bancaria. El giro hacia el ‘renting’ de motocicletas, algo que no se había dado en el mercado español tras el fuerte crecimiento en el segmento de coches, ha acarreado firmar acuerdos con BBVA, Sabadell, Caixabank y Santander. Este último se ha convertido en “socio estratégico” con un pacto amplio ante la posibilidad de crecimiento futuro y su apuesta particular por esta financiación para vehículos. Este movimiento se inició en el año 2023, cuando se convirtió en un 5% de eso 70 millones de euros de ingresos -3,5 millones de euros-. El objetivo, según Talavera, es que este año sea ya el 15% frente a un 85% de la compraventa de motocicletas. Hoy cuenta con 2.000 clientes activos.
¿Por qué girar hacia el renting? Existen riesgos relevantes vinculados a los impagos, pese a que los márgenes son sensiblemente superiores al 25% que tienen con cada una de las transacciones de compraventa de motos. Para Talavera es un paso natural para cerrar todo el ciclo de vida de la moto. Adquieren los vehículos directamente a las marcas para ofrecerlas en renting durante al menos los dos primeros años para posteriormente poder mantenerlas en este modelo o venderlas en su plataforma directamente como de segunda mano. Ellos se encargan del recobro y la parte legal y cuentan con un sistema de ‘scoring’. Aseguran tener menos de un 1% de mora. El reto estará en mantener esos niveles cuando el peso se incremente.
Esta potenciación del renting también va a pesar como factor relevante para un crecimiento menos explosivo que de la venta de motocicletas (se transaccionaron más de 15.000 motos en su plataforma frente a las 400.000 que suma el mercado español), pues son ingresos recurrentes por parte de particulares (b2c) y empresas (b2b) mucho más reducidos que los 3.000 euros de media en los que venden una motocicleta de segunda mano en su plataforma. “Este tipo de servicio es esencial a la hora de acercar al público joven”, explica Talavera. El ritmo de crecimiento sería muy similar al de 2023. Hay muchas esperanzas puestas en Italia, donde se venden anualmente más del doble de motocicletas que en España.
Competencia y tiendas físicas
En esta estrategia también han optado por abrir tiendas físicas. En 2023 abrieron en Madrid y Málaga. Y próximamente tiene previsto abrir nuevos centros en otras ciudades. ¿Por qué optar por el canal ‘offline’ que supone mayor coste? Una de las razones es el del conocimiento de marca. El otro, según el CEO, es que consiguen optimizar la logística, pues convierte estos establecimientos en pequeños almacenes. La inversión inicial es de unos 50.000 euros. Junto con el cierre de algún almacén más pequeño, la inversión es relativamente baja, de acuerdo a sus cifras.
El de la compraventa de coches de segunda mano es un negocio especialmente saturado durante los últimos años con varias marcas relevantes en el segmento online. En el caso de motocicletas, Talavera asegura que no ha surgido un jugador grande más allá de Mundimoto. Hay competidores que hacen un 5% o un 7% de su facturación. “Este es un negocio que necesitas mucho dinero; hay pequeños ‘dealers’ que no los vemos como competidores... Y en Italia, hay menos competencia aún pues es un país muy fragmentado”, apunta. Wallapop es uno de esos rivales, aunque tiene una doble cara, pues también sirve como canal de venta a consumidor final.
