Naturgy, en plena reestructuración, ha abierto el proceso para elegir el auditor de sus cuentas de los próximos años. La consultora EY se hizo cargo de la auditoría del grupo energético en 2017 en sustitución de PwC y después de que se aprobara la nueva Ley de Auditoría que fija en tres y diez años los periodos mínimos y máximos de relación entre auditor y auditado. A la convocatoria para elegir qué compañía visará las cuentas de Naturgy en plena reconversión de negocio, de dirección y financiera, se puede presentar también el auditor actual EY. La auditora ingresó de Naturgy 1,4 millones de euros en 2018. Está en juego un contrato de cinco millones para el periodo de vigencia de tres años.
La compañía enmarca la decisión de convocar el concurso de contratación de auditor externo "como un ejercicio de buena práctica alineado con las recomendaciones de buen gobierno". De esta forma, el grupo que preside Francisco Reynés extiende a las auditoras la política de concursos recurrentes que ya aplica a los proveedores para obtener mejores precios y ofertas y contribuir a la mejora de competitividad. Una tendencia que, en general, están aplicando todas las grandes compañías. En 2017, tras la entrada en vigor de la nueva ley de auditoría, las grandes empresas del Ibex emprendieron un auténtico baile para cambiar de pareja en un mercado dominado por cuatro grandes firmas: Deloitte, PwC, KPMG y EY.
En aquella etapa, que cumple los tres años mínimos para el cambio aprobado en la ley, Bankinter y Santander cambiaron de Deloitte a PwC; Acerinox sustituyó a KPMG por PwC; Enagás dejó a Deloitte en favor de EY; Indra eligió también a KPMG por Deloitte y Telefónica contrató a EY para sustituir a PwC. Enel sector eléctrico, Naturgy eligió a EY, que salió de Iberdrola. La misma elección de Endesa -EY trabajó para la eléctrica una década-, que este año contrató a KPMG. Todo un baile.
Un papel importante
En Endesa, KPMG tuvo un papel importante en el proceso que facilitó a la eléctrica propiedad de Enel asumir en las cuentas del primer trimestre 515 millones de la partida de 800 millones que respaldaba la tarifa de empleados y jubilados. La decisión -que se tomó a caballo de las dos empresas auditoras, EY y KPMG- fue determinante para que los resultados del primer trimestre se elevaran un 133%, hasta los 844 millones. Un colchón para lo que vino después.
Al auditor en Naturgy -sea EY u otra compañía- no le va a faltar tarea a corto plazo. En la etapa de EY como auditor, en 2018, la energética ya dio un vuelco a su contabilidad y ejecutó un recorte masivo del valor de los activos que pasaron de 9.800 millones de euros a sólo 4.900 millones. Naturgy fue la primera compañía en limpiar las cuentas -también lo han hecho empresas como Endesa o Repsol- por los activos relacionados con las tecnologías de generación convencionales: centrales de ciclo combinado, de carbón, térmicas y nucleares. Y queda trabajo.
Naturgy está inmersa en un plan de reestructuración en todos los niveles, financiero, de personal y de negocio. En la etapa de Reynés, la plantilla se ha reducido en 3.700 trabajadores, fundamentalmente mayores de 55 años y la dirección también ha cambiado en profundidad con el nombramiento de cuatro directores generales. La compañía ha anunciado, además, la revisión en el cuarto trimestre del año de su plan estratégico, lo que afectará no solo a los estados financieros , sino también a la redefinición estratégica de sus negocios (redes, renovables, comercialización y gestión de la energía).
Planes de eficiencia
El plan estratégico 2018-2022 en vigor -y en revisión- fijaba dos objetivos financieros para el 2022: alcanzar un EBITDA de 5.000 millones y un beneficio neto de 1.800 millones de euros. Para ello puso en marcha un nuevo y ambicioso plan de eficiencias con el que se comprometió a una reducción de gastos operativos anuales de 500 millones de euros en 2022. Los concursos recurrentes con proveedores forman parte de ese proceso.
La posición de Naturgy no es cómoda. Los malos resultados de los últimos meses han obligado a su presidente, Francisco Reynés, a anunciar medidas de ajuste y adelantar la revisión de sus planes estratégicos. Con los números empujando -los beneficios del primer semestre cayeron un 43,6%- Reynés ha cerrado ya acuerdos para la cancelación anticipada de varios contratos a largo plazo por un volumen anual de aproximadamente 20 TWh y espera seguir el proceso para cambiar las condiciones contractuales de volumen y/o precio en contratos suscritos con socios como la argelina Sonatrach. El nuevo auditor tiene campo por delante.
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