La reputación está en juego

Rusia desencadena una postura más agresiva de Europa frente a las criptos

Los supervisores se coordinan para lanzar una advertencia conjunta sin precedentes coincidiendo en un momento de incertidumbre extrema en el que las monedas virtuales tienden a fortalecerse. 

Bitcoin y Ether, las dos principales monedas del mundo cripto.
Rusia desencadena una postura más agresiva de Europa frente a las criptos
Die Wirschaft / Pixabay

La preocupación de las autoridades alrededor de las monedas virtuales ha venido intensificándose durante los últimos meses, pero la guerra desatada por Rusia contra Ucrania ha supuesto un fuerte revulsivo para que la postura se vuelva más agresiva. Ya no solo es el riesgo que implica para los minoristas la inversión en estos activos por la posibilidad real de perder absolutamente la totalidad de lo invertido o de verse envueltos en estafas difícilmente reclamables, sino que también están ahora en el foco los delitos financieros vinculados al conflicto armado, como el blanqueo de dinero o la posibilidad de esquivar a través de esta vía las sanciones impuestas por Occidente al Kremlin. 

Los supervisores europeos y españoles han emprendido una fuerte campaña para concienciar sobre el riesgo de invertir en criptomonedas en medio de un escenario con acento bélico. La Autoridad Bancaria Europea (EBA), la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA) han lanzado una aviso que supone una auténtica novedad por el alto nivel de coordinación. A su repertorio se han unido inmediatamente en nuestro país la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).

La falta de una regulación es el motivo clave para que las autoridades hayan decidido elevar el tono. En Europa se trabaja desde el otoño de 2020 en poner en marcha el Reglamento para un Mercado de Criptoactivos, conocido como MiCA, que permitirá contar con un respaldo legal, aunque su entrada en vigor tiene tintes de dilatarse en el tiempo. No fue hasta este lunes, 14 de marzo de 2022, cuando el Parlamento Europeo decidió iniciar las negociaciones interinstitucionales sobre el borrador final, si bien existen muchas discrepancias. Fuentes al tanto de los trámites consultadas por La Información aseguran que las discusiones se encuentran encalladas en la Eurocámara debido a importantes desacuerdos. Algunos de ellos tienen que ver con qué supervisor debe ser el encargado de controlar este mercado, si el bancario o el de mercados, o los plazos de aplicación, entre otras.

La fuerte campaña de alerta esconde el miedo de los supervisores a perder su reputación en caso de que el mercado de las criptomonedas estalle sin una regulación que haga de escudo

Y este vacío legal no es una cuestión baladí. Las autoridades son conscientes de que en el momento en que el mercado de los criptoactivos estalle -lo que no descartan que pueda ocurrir en algún momento- su reputación podría pender de un hilo. La pérdida de prestigio en caso de shock es un asunto que inquieta a los equipos supervisores del Viejo Continente, según han asegurado otras fuentes. El mensaje coordinado llevaba preparándose desde hace prácticamente un mes. Sin embargo, el nivel de volatilidad y de incertidumbre de los mercados ha provocado que su lanzamiento al público esta semana fuera fundamental. 

Las instituciones de control alertan: las monedas como el bitcoin o ethereum sufren fluctuaciones de precios repentinas y extremas y tienen un carácter especulativo. También aseguran que su comercialización suele basarse en publicidad engañosa y agresiva, incluyendo la realizada a través de las redes sociales y por los influencers -que reciben un incentivo financiero para anunciarlo otorgándoles una visión sesgada- y utilizando material comercial poco claro, incompleto, inexacto o hasta deliberadamente engañoso. Las monedas virtuales falsas y las estafas son igualmente comunes, así como los ciberataques y graves problemas operativos en emisores o proveedores de este tipo de activos. 

A estos activos se les vincula con operaciones de blanqueo y financiación del terrorismo, por lo que podría utilizarse para esquivar las sanciones de Occidente a Rusia

Pero el peligro que las envuelve va más allá. A las criptomonedas se las asocia con operaciones de lavado de dinero y financiación del terrorismo debido a su descentralización y su operativa bajo la sombra de la regulación. Es por ello que la guerra marca un punto de inflexión, pues se han impuesto a Rusia numerosas sanciones con intención de aislar su economía y golpear a su élite tratando de expulsar al país del sistema financiero europeo y de otros aliados como Estados Unidos. Este mercado podría convertirse en una fórmula para financiar el conflicto tras la exclusión de siete bancos rusos de la red Swift, conocida también como el 'botón nuclear financiero', así como la congelación de activos a oligarcas y la prohibición de realizar transacciones con empresas estatales rusas, nuevas inversiones en el sector energético con excepciones limitadas o exportaciones de productos de lujo.

De hecho, si la mayoría de gobiernos tienen bastantes recelos con respecto a las criptomonedas, a excepción de algunos como China o Venezuela, Rusia empezó a mandar señales al mercado sobre su intención de regular las criptomonedas días antes de dar comienzo al ataque a Ucrania. A pesar de la oposición del Banco Central de Rusia, que incluso ha aconsejado ilegalizar las monedas como el bitcoin, el presidente Vladímir Putin ha instado al Ministerio de Finanzas a elaborar una regulación al respecto. La idea era que su uso como medio pago siguiera estando prohibido y se limitara solo a una herramienta de inversión, si bien durante los últimos días se estarían produciendo avances en el desarrollo de la norma y, dado el acorralamiento que sufre la economía, podría plantearse dar vía libre a su uso como moneda.

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