Ryanair amplía su apuesta por Madrid y ofertará un 3% más de vuelos desde Barajas el próximo verano, lo que se convierte en la programación más amplia de la historia de la aerolínea irlandesa desde la capital, que dejará 13 aviones de forma permanente en la base madrileña. Esta se complementa con una nueva ruta a Liverpool con seis vuelos semanales y el aumento de frecuencias en otras diez rutas populares hacia Reino Unido, Portugal, Marruecos e Italia.
La compañía arranca así la programación de la temporada veraniega, que suma un destino más a las 58 rutas que ya opera hacia múltiples destinos de Europa y África. Coincidiendo con el anuncio, ha dispuesto una oferta 'flash' con asientos a la venta desde 29,99 euros por trayecto, disponibles para todas las rutas con origen y destino Madrid. Estos se pueden adquirir hasta la medianoche del jueves 19 de enero en la web de la aerolínea.
La apuesta de Ryanair para el próximo verano supone una inversión de 1.300 millones de dólares con la vista puesta en alcanzar los 225 millones de pasajeros en el año 2026 -actualmente transporta unos 168 millones-. La aerolínea también ha activado la contratación de 50 personas altamente cualificadas para trabajar en su Travel Lab, el centro tecnológico que Ryanair tiene situado en la capital y que está destinado a la digitalización y el desarrollo de nuevos proyectos de interés para el transporte aéreo.
Tasas congeladas en España
El anuncio llega justo después de conocerse la congelación de tasas aeroportuarias en España por indicación de la CNMC y la subida de estos mismos costes en otras terminales europeas como Bruselas, donde la 'low-cost' ha decidido no retomar sus operaciones, canceladas desde octubre. La inflación y la previsible subida del tráfico aéreo durante la próxima temporada han hecho que muchos de los aeródromos europeos hayan incrementado sus tarifas, algo que también pretendía hacer Aena, pero que finalmente ha sido negado por el supervisor de Competencia en España.
El gestor de la práctica totalidad de aeropuertos españoles pretendía repercutir en las tasas de 2023 buena parte de los costes en los que incurrió durante la pandemia para garantizar la movilidad de los pasajeros, que incluían compras en material sanitario y de protección para sus trabajadores, entre otros. Sin embargo, los recursos presentados por las patronales de las aerolíneas junto a Ryanair fueron aceptados por la CNMC, que retrocedió la subida de costes a los valores fijados para el año 2022.
Por su parte, Aena aspira a conseguir la recuperación plena del mercado aéreo a partir de febrero, cuando calcula que superarán a los ofertados antes de la llegada del Covid. En enero se ofrecerán el 98% del mismo mes previo a la pandemia, mientras que finalizó 2022 con el 88,5% del tráfico que tuvo tres años antes, en 2019, alcanzando un total de 243,7 millones de pasajeros. En total, se operaron 3.355 rutas desde los aeropuertos españoles, el 95% de las existentes antes del coronavirus.
Sin huelgas a la vista
La aerolínea arrancó el año con la noticia del fin de la huelga de tripulantes de cabina, que se extendía desde agosto del año pasado y que finalizó oficialmente el 7 de enero. La movilización convocada por USO y Sitcpla provocó numerosos retrasos y cancelaciones durante las primeras semanas, pero su impacto fue cayendo progresivamente hasta ser prácticamente nulo según pasaban los meses.
Los sindicatos aseguran que la dirección de Ryanair no ha mostrado "el más mínimo intento de acercamiento" hacia ellos, después de negarse a entablar diálogo con los representantes de los trabajadores. Estos también denuncian la posición de la empresa, después de que Inspección de Trabajo dictaminase que la compañía vulneró el derecho a la huelga de sus tripulantes, al sustituirlos por otros durante los paros.
En octubre, la aerolínea irlandesa firmó un acuerdo de negociación colectiva con el sindicato CC.OO. que incluía mejoras en salarios y condiciones para estos tripulantes. Este fue denunciado por el resto de sindicatos de la compañía (UGT, USO, Sitpcla y ATR), alegando que el acuerdo firmado era de limitada eficacia, pero la denuncia fue rechazada por la Audiencia Nacional.
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