Temor a la morosidad

El Sabadell se cubre y vierte otros 1.000 millones en el baúl del riesgo de impago

La entidad dirigida por César González-Bueno engorda su cajón con préstamos en vigilancia especial hasta cerca de los 13.000 millones de euros, que representan ya el 8,56% del crédito bruto a la clientela. 

El director financiero de Sabadell, Leopoldo Alvear, y el CEO, César González-Bueno
El director financiero de Sabadell, Leopoldo Alvear, y el CEO, César González-Bueno
Sabadell

Banco Sabadell transfiere otros 1.078 millones de euros al cajón de vigilancia especial. En apenas un año, el grupo ha decidido incrementar esta partida en un 9,1% para protegerse ante el aumento del deterioro de sus créditos. La crisis del coronavirus ha provocado que una oleada de préstamos concedidos a la clientela pasen al denominado 'Stage 2' en toda la banca. El grupo capitaneado por César González-Bueno ha puesto bajo control extraordinario unos 12.918 millones de euros que muestran cierto riesgo de impago y que se encuentran a solo un escalón de entrar en mora. 

El crédito bruto a la clientela se colocó en 150.815 millones de euros al final del ejercicio, que aumentó un 4,5% frente al año anterior. El importe de las operaciones con etiqueta 'naranja' representa alrededor del 8,56% del volumen total los préstamos y otras garantías concedidas. Sobre este porcentaje se han generado dudas alrededor de la posibilidad de su recuperación. El criterio utilizado normalmente es que exista un retraso de impago de al menos 30 días, según la normativa IFRS9 que obliga a las entidades a organizar sus créditos según el deterioro observado. 

La probabilidad de que aumente la morosidad debido a los efectos de la pandemia viene advirtiéndose por parte de numerosos reguladores desde hace ya tiempo y la banca prefiere ser conservadora ante lo que pueda pasar, intentando esquivar los errores del pasado. Los impagos se han mantenido relativamente contenidos hasta ahora debido a la aplicación de medidas como las moratorias públicas y sectoriales. Estas últimas ya han vencido al 100% y no se han sufrido grandes problemas, pero la incógnita ahora está en las empresas.

El grupo catalán ha cerrado el ejercicio 2021 con 6.203 millones de euros de operaciones que ya han experimentado pérdidas y que deben clasificarse como riesgo dudoso por razones de morosidad. Son 395 millones de euros más (+6,8%) que las clasificadas en este nivel en el ejercicio inmediatamente precedente y hasta un 3,3% superior a las anotadas en 'Stage 3' en el penúltimo trimestre de 2021. El pico de morosidad se espera que llegue a lo largo de este año.

Por el momento, el saldo de activos improductivos (NPAs, por sus siglas en inglés), también denominados tóxicos, se sitúa en 7.565 millones de euros brutos, con una cobertura del 53,1%. Los NPAs brutos se mantienen en el 4,4% y la NPA neta en el 2,1% teniendo en cuenta las dotaciones. El coste del riesgo de crédito del grupo se sitúa en 49 puntos básicos, mejorando ligeramente en 2 puntos básicos respecto al trimestre anterior y en 37 puntos básicos respecto a 2020. Para el grupo total se sitúa en 72 puntos básicos. 

El director financiero de Banco Sabadell, Leopoldo Alvear, es optimista en relación al coste de riesgo del grupo. No obstante, cree que el banco no llegará todavía a una situación normalizada, pero está convencido de que está en línea con lo previsto en su plan estratégico. Sus planes pasan por cerrar 2023 con un coste de riesgo de crédito en 45 puntos básicos y el total en 60 puntos básicos.

Con todo este escenario, las provisiones han caído hasta los 1.225 millones de euros, un 46,2% inferiores a las de un año antes. El banco catalán no contempla liberar ningún importe de esta partida en España, a diferencia de Reino Unido. La filial británica TSB inició el desbloqueo de dotaciones asignadas a pérdidas en el segundo trimestre del 2021 y ha proseguido con esta tarea durante los últimos trimestres. El banco ha llevado a cabo estos trabajos ante la mejora de los escenarios macroeconómicos, como el menor nivel de desempleo y el mayor índice de precios de la vivienda.

Desde un principio, la intención ha sido la de mantener una actitud más prudente en el mercado doméstico, con unos niveles de dotaciones relativamente altos hasta que se elimine cualquier incertidumbre. En cualquier caso, poco a poco se han ido asignando menores importes a medida que transcurren los meses. Cabe señalar que el Banco de España ha sido contundente en este sentido, con numerosas advertencias para que las entidades sigan conservando capital en balance.

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