Los accionistas de Siemens Gamesa respiraron un poco más aliviados este martes. Las acciones rebotaron un 9,90% en bolsa y se alejaron de los mínimos de octubre de 2015.
La compañía, que ha realizado varios recortes de previsiones (profit warning) durante este año ha logrado un cierto respiro. El rebote bursátil obedece a dos motivos: el megacontrato realizado por Vattenfall y la recomendación de Bank of America.
El pedido realizado por Vattenfall a la compañía española es uno de los más grandes de la historia realizados en el sector de las renovables. En concreto, la empresa estatal sueca ha realizado un pedido para la instalación de 113 turbinas marinas para tres proyectos y que supone una inversión total de 1.700 millones de euros. Aun así, de este montante se desconoce lo que percibirá la fabricante española de aerogeneradores.
Por tanto, Siemens Gamesa sigue ganando peso en el negocio 'offshore', es decir, en instalaciones que no son de tierra como las marinas. En dicho sector la compañía es la número uno del mundo, según los datos de la consultora estadounidense FTI.
Por su parte, Bank of America ha decidido meterle un tijeretazo al precio objetivo de la compañía, al recortarlo desde los 16 euros hasta los 14 euros. Es decir, le ha recortado su valoración un 12,5% aunque dicho precio le otorga un potencial a doce meses del 40% y recomienda la 'compra' de acciones por lo que su visión es positiva a pesar del recorte.
El escenario de mercado no es todo lo idóneo que le gustaría a Siemens Gamesa. El frenazo del mercado eólico está penalizando al sector y por si fuera poco, la reforma fiscal realizada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, les ha asestado un duro golpe.
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