En pleno baile de fusiones

La rumana Digi da la batalla y cierra la puerta a subir precios pese a la inflación

El quinto operador de telecos descarta incrementos de tarifas pese a que sus márgenes no han dejado de caer por más costes en el alquiler a Telefónica. Busca tensar más el sector y crecer a costa de sus rivales.

Digi es el quinto operador 'de facto' en España
Digi es el quinto operador 'de facto' en España
Digi

El quinto grupo de telecomunicaciones en España no va a dejar de dar la batalla en pleno baile de fusiones. Quiere hacerse notar aún más. La rumana Digi cierra la puerta a subir los precios pese a la inflación y el incremento de los costes. Esto lo hace aunque sus márgenes de beneficio no han dejado de bajar en los últimos trimestres debido a su fuerte crecimiento y la subida del alquiler mayorista que hace de las redes como 'operador virtual'. Mientras tanto, otros rivales como la propia Telefónica sí que estudian potenciales incrementos en sus paquetes ante esta escenario.

"No tenemos necesidad ni razones de ajustar precios. Vemos en España un mercado muy competitivo y nos sentimos cómodos con los retornos actuales", aseguraba el consejero delegado de la compañía, Serghei Bulgac, ante analistas. Insiste en que cambiarían la estrategia en caso de que la situación empeorara mucho más de las previsiones que hoy tienen sobre la mesa. Pero ahora mismo la estrategia del grupo, que superó los 360 millones de ingresos el pasado año, pasa por pisar el acelerador en este 'boom' por el low cost, del que ellos son el paradigma claro con ofertas convergentes con altas velocidades desde 30 euros.

Entre los inversores de la compañía, cotizada en Rumanía, empiezan a mirar con cierto recelo los márgenes ante esta batalla comercial que obliga a ser más agresivo en precios y a un 'churn' (tasa de abandono) entre la base de clientes. Hay que tener en cuenta que en el tercer trimestre del pasado año el Ebitda ajustado (resultado bruto de explotación) apenas representaba el 16% de todos los ingresos. Se trata de seis puntos porcentuales menos que el periodo anterior. Y la razón hay que encontrarla en el mayor crecimiento de la empresa, con más contrataciones y, sobre todo, con el pago a Telefónica por el alquiler de las redes móviles y fija.

Para tratar de calmar a los inversores, desde la compañía rumana defienden que en esta primera etapa de construcción de su propia red de fibra óptica ha incurrido en costes relevantes que han empujado también a la baja estos márgenes. Creen que tras una primera fase de una mayor inversión par estos despliegues, se deberían moderar los desembolsos y se incrementaría la rentabilidad. "Esperamos una mejora de la rentabilidad en las operaciones en España", apunta el CEO. El desafío al resto de operadores, especialmente castigados por la batalla comercial desatada en el último lustro en el país, es más que evidente.

El grupo no ha dejado de apretar los precios a la baja. El movimiento más relevante en este sentido es el lanzamiento de fibra óptica de hasta 10 gigabytes de velocidad con un precio de 30 euros al mes. La puesta en marcha fue por ciudades, pero la realidad es que eso suponía todo un desafío para el resto de compañías que estaban muy lejos de esas tarifas en productos similares. Mientras todo esto sucede, Telefónica sí que se plantea esgrimir de nuevo la estrategia de 'Más servicios por más dinero', aunque estos no se soliciten. Hace un mes el consejero delegado, Ángel Vilá, aseguró que están analizando algunas posibilidades para abordar la fuerte subida del IPC que se situó por encima del 7% en febrero.

Su objetivo no es otro que tensar aún más la cuerda y mantener el pulso en un mercado en el que se ha convertido, con permiso del grupo Másmóvil, en el gran agitador con esa política agresiva de precios. Hay que tener en cuenta que durante el año 2021, en el que los grandes grupos sufrieron un duro golpe en las cuentas de resultados, la firma ha pasado de 274 a 362 millones de euros. Y todo ello con un ingreso medio por cliente (Arpu) de 9,7 euros, muy por debajo de sus rivales. Esto supone crecer a un ritmo superior al 30%, prácticamente diez puntos porcentuales más de lo logrado por Másmóvil de enero a septiembre, después de incorporar los números de Euskaltel en el perímetro.

Su papel en el baile de fusiones

Ese crecimiento ha sido un desincentivo para vender por parte del grupo la filial española, pese a que podía ser uno de los grandes 'caramelos' para la consolidación y así frenar esta guerra de precios. El CEO se ha apresurado a decir en varias ocasiones en los últimos meses que hoy por hoy no están inmersos en ninguna transacción. A las casi 10 veces el Ebitda al que se ha valorado Másmóvil en el marco de la 'joint venture' con Orange, el precio del 100% de Digi España debería estar entre los 400 y 500 millones de euros. Hay que tener en cuenta que se trata de un activo mucho más pequeño en tamaño y con menos deuda asociada, aunque con un mayor margen de crecimiento en el futuro.

Mientras sigue apretando en precios, los rumanos junto con Avatel, el operador especializado en fibra en zonas rurales, se han convertido en los potenciales candidatos a las contraprestaciones que exijan las autoridades de la competencia en Bruselas. La situación de Digi es muy similar a la que tenía Másmóvil en el año 2015, justo cuando la Comisión Europea exigió la venta de casi un millón de hogares pasados con estas redes de Jazztel. Cuenta con apenas 400.000 clientes con red fija, frente a los casi 3 millones de clientes de móvil.

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