Telefónica suaviza su plan de incentivos a directivos tras años sin poder cobrarlo

  • Reduce el peso de la evolución de las acciones de la ‘teleco’ frente a sus competidores e introduce la caja generada por su negocio como criterio.
Pallete y Vilá durante la presentación de resultados
Pallete y Vilá durante la presentación de resultados
José González

Los directivos de Telefónica tienen un nuevo plan de incentivos. La mala trayectoria en bolsa de la ‘teleco’ les impidió cobrar el último. La junta de accionistas del próximo mes dará luz verde a otro en el que se suavizan las condiciones para ejecutarlo. Se reduce el peso de la evolución de las acciones en bolsa frente a sus competidores respecto al aprobado en 2014 e introduce la caja generada por su negocio anualmente como un criterio clave para calcularlo. A la vez, la compañía recorta en 100 millones la cantidad máxima a pagar.

Fue la propia compañía presidida por José María Álvarez-Pallete la que canceló el último ciclo del anterior plan, que arrancó en el año 2014. El periodo comprendido entre 2016 y 2019 fue eliminado porque, según la ‘teleco’, “no estaba suficientemente alineado con la planificación estratégica del grupo, teniendo en cuenta las circunstancias y el entorno macroeconómico”.

No había alineación en un plan que se basaba claramente en el rendimiento en bolsa, donde ha sido castigado de manera importante. El comportamiento ha sido muy criticado por el propio presidente, José María Álvarez-Pallete, quien entiende que no acaba de reflejar la evolución del negocio.

El flujo de caja como clave

Con estos mimbres, la compañía aprobará en junio un nuevo plan que facilita su cumplimiento. ¿Por qué? Introduce otro criterio con el que reduce de manera muy significativa el peso de la evolución en bolsa, que tradicionalmente ha ido en su contra. Y es el flujo de caja libre, es decir, el dinero que tiene en ‘hucha’ y que está disponible para la remuneración del accionista o el pago de la deuda, el que gana protagonismo.

En el primer ciclo del plan, que va desde 2018 a 2021, los criterios a cumplir son dos: el 50% dependerá del llamado ‘retorno al accionista’ (mide el retorno de la inversión para el accionista, es decir, la suma de la variación del valor de la acción más los dividendos percibidos). ¿Y el otro 50%? Al flujo de caja libre.

¿Cómo se medirá si los directivos han cumplido con los objetivos del flujo de caja? Se determinará un umbral mínimo, por debajo del cual no se abona incentivo y cuyo cumplimiento supondrá la entrega del 25% de las acciones teóricas asignadas a cada directivo, y un nivel máximo, que supondrá la entrega del 50% de los títulos, según queda reflejado en el documento presentado a la CNMV por la compañía. El flujo de caja libre no ha dejado de crecer en los últimos ejercicios. Desde los 3.550 millones de euros que lograron en 2015 hasta los 4.950 millones de 2017.

Analistas consultados por La Información confirman que este giro permite suavizar las condiciones y poner en manos de los propios directivos su cumplimiento y posterior cobro. Desde la compañía, fuentes oficiales aseguran que esta introducción de un segundo indicador se ha hecho “siguiendo las mejores prácticas de mercado”. ¿Por qué el ‘free cash flow’? “Es un objetivo estratégico a largo plazo para la compañía en este momento”, apuntan.

De la bolsa de los grandes a competidores elegidos

En el caso del criterio del retorno al accionista, ¿cómo se medirá el cumplimiento? Como sucediera con el anterior, lo compara con el resto de competidores. En el plan de 2011, el grupo para compararlo venía ya fijado: el Dow Jones Global Sector Titans Telecommunications, el índice en el que se incluyen los principales grupos de telecomunicaciones.

En 2014, cambió y lo sustituyó por una lista ‘ad-hoc’ de compañías del sector fijadas por la propia Telefónica, principalmente ubicadas en Europa (Vodafone, Orange, Deutsche Telekom, British Telecom....). “Siguiendo las mejores prácticas se selecciona un grupo personalizado y se tienen en cuenta compañías relevantes en mercados en los que se tiene presencia”, insisten desde la empresa.

¿Cómo se reparte en el nuevo plan? Cambia la distribución de 2014. Si el TSR (el retorno al inversor) se sitúa en la mediana del grupo de comparación recibirán el 15% del número de acciones asignadas (antes era un 30%). Si el retorno se sitúa en la parte alta del grupo (tercer cuartil o superior) se asignarán la mitad de los títulos (antes, del 100%).

Menos directivos… menos dinero

El grupo ha ido reduciendo progresivamente el volumen máximo dedicado a este plan desde ese año 2011. En aquel ejercicio se destinaron 450 millones de euros -no cobrados-, que pasaron a 350 millones. Este año se han reservado 250 millones de euros.

Esta reducción ha venido también acompañada de un menor número de directivos de primera y segunda línea que tienen derecho a beneficiarse de él. De los 1.900 del año 2011 a 1.050 de este ejercicio. ¿La razón? Desde Telefónica aseguran que se justifica en el recorte de personal consecuencia de todos los planes de simplificación y reestructuración llevados a cabo en estos años.

En el año 2017, el presidente, José María Álvarez-Pallete, y el consejero delegado, Ángel Vilá, se quedaron sin retribución. Les queda aún una oportunidad: el próximo mes de octubre. Es la fecha en la que concluye el segundo ciclo del anterior plan. Los dos máximos ejecutivos se juegan 300.000 y 187.500 títulos, respectivamente (2,55 y 1,56 millones de euros al precio actual).

Ahora, con este nuevo plan tienen una oportunidad de poder cobrarlo. ¿Cuando se sabrá? En 2021, el primer año en el que deberían recibir acciones.

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