Almagro pide reunión urgente de OEA para discutir situación en Venezuela

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió este martes una "sesión urgente" del Consejo Permanente la entidad para discutir la crisis "institucional" de Venezuela invocando la Carta Democrática Interamericana.

En una carta de 132 páginas al Consejo, Almagro dijo que Venezuela padece una "alteración del orden constitucional" que afecta gravemente "el orden democrático" en ese país

En respuesta, el presidente Nicolás Maduro llamó en Caracas a una rebelión nacional contra la Carta Democrática, y sugirió que Almagro se meta ese documento "donde le quepa".

"Pretender intervenir Venezuela es un crimen. Llamo a la movilización contra el intervencionismo", dijo Maduro e instó a salir el miércoles a las calles para repudiar a la OEA.

Maduro adelantó que demandará judicialmente a la directiva de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, por usurpación de funciones y "traición a la patria", por haber pedido a la OEA que tome cartas en la situación del país.

En la carta encaminada al presidente del Consejo Permanente, el argentino Juan José Arcuri, Almagro pidió que el organismo discuta el tema en una sesión extraordinaria entre el 10 y el 20 de junio .

Almagro basó su pedido en el artículo 20 de la Carta Democrática, que otorga al secretario general la atribución de convocar reuniones inmediatas para "realizar una apreciación colectiva y adoptar las decisiones que estime conveniente".

La OEA realizará su 46º Asamblea General del 13 al 15 de junio en República Dominicana, de modo que la propuesta de Almagro sugiere que esa reunión del Consejo Permanente se realice inmediatamente antes o después de esa cumbre de cancilleres.

El portavoz de Almagro, Sergio Jellinek, dijo que por el momento el secretario general no tiene planes de levantar la cuestión de Venezuela en la Asamblea General.

"No lo tiene previsto por el momento", dijo el vocero, aunque admitió que los cancilleres presentes en la reunión podrían poner el tema en discusión.

Los países de la región, dijo Jellinek, "deben decidir de qué lado de la historia quieren quedar".

"La crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo", señaló Almagro en su documento, "a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad".

Ante ese cuadro, añadió, la responsabilidad de los países de la región es "asumir el compromiso" de hacer aplicar lo determinado por la Carta Democrática Interamericana "de una manera progresiva y gradual que no descarte ninguna hipótesis de resolución, ni las más constructivas ni las más severas".

La normalidad institucional en Venezuela debe ser subsanada "de modo urgente y de forma consistente con los elementos esenciales y los componentes fundamentales de la democracia representativa", señaló Almagro en su carta.

Entre los asuntos prioritarios a resolver, menciona la realización del referendo revocatorio del mandato presidencial que está tramitando la oposición pero que el gobierno considera que no es viable.

Almagro sostuvo que "ese revocatorio no pertenece ni al Gobierno ni a la oposición, sino al pueblo de Venezuela. Es deber de todo gobernante responder al mismo".

Cuatro países sudamericanos expresaron la noche del martes su respaldo al referéndum.

Chile, Argentina, Colombia y Uruguay divulgaron en Santiago una declaración firmada por sus cancilleres en la que abogan porque la crisis venezolana se encauce dentro de las normas constitucionales; entre ellas el referéndum revocatorio.

De su lado, la delegación de Argentina en la OEA también convocó para el miércoles una reunión extraordinaria del Consejo Permanente para discutir una declaración propuesta por el país sudamericano.

La declaración insta a "identificar, de común acuerdo, algún curso de acción que coadyuve, mediante el diálogo abierto e incluyente con todos los sectores políticos y sociales, la búsqueda de soluciones".

Según Jellinek, Almagro no deberá participar de la discusión del proyecto de declaración de Argentina.

Almagro también definió como "una muy buena idea" la participación de expresidentes de países de la región, como lo expresó recientemente el titular de la UNASUR, el exmandatario colombiano Ernesto Samper.

Este martes Samper dijo a la AFP en París que en la próxima semana habrá una "nueva reunión" de mediación entre el gobierno y la oposición venezolana, y no descartó que esa conversación sea directamente entre las partes.

Los tres mediadores fueron el español José Luis Rodríguez Zapatero, el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos.

En Caracas, la oposición venezolana expresó una cautelosa satisfacción por la decisión de Almagro, y advirtió que un "estallido" social en ese país podrá afectar a todo el continente.

"La situación de Venezuela no se puede ocultar más, ni con gestiones de carácter burocrático ni con gestiones de carácter diplomático. El mundo entero, el Vaticano, el G-7, la Unión Europea, no hay quien no esté pendiente de Venezuela porque es un caso terrible", manifestó el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup.

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