Tal como anunció Vladimir Putin, los primeros bombarderos y aviones transporte rusos abandonaron Siria y fueron recibidos con vítores en Rusia, a donde el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, viaja en una semana para reunirse con el presidente ruso.
Por su parte, Washington consideró que Moscú cumple a día de hoy su promesa de retirar la mayor parte de su contingente militar de Siria.
"Los rusos cumplen" el sorpresivo anuncio de retirada hecho el lunes por el presidente Putin, indicó la Casa Blanca, y París destacó que "todo lo que contribuya a la desescalada debe ser aplaudido".
Este muevo golpe de efecto orquestado por el presidente ruso, que marca los tiempos en la crisis siria, llega cuando el conflicto va por su sexto año. Consecuencia en el terreno: el Frente Al Nosra, rama siria de Al Qaida, promete una ofensiva en 48 horas y habla de una "derrota" rusa.
A pesar de esta retirada, Moscú continuará sus ataques contra "objetivos terroristas", advirtió el ejército ruso. Su aviación bombardeó el marte Palmira (centro), en poder del grupo Estado Islámico (EI), según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
El repliegue del ejército ruso se produce cuando la cuestión del futuro del presidente Bashar Al Asad sigue en pie y Damasco hace oídos sordos a las exigencias de los opositores sirios. Para numerosos expertos, al retirar sus tropas Moscú busca aumentar la presión a Asad cuando arrancan las negociaciones de paz.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó sin embargo que esta retirada no es "de ninguna manera" una medida de retorsión de los rusos.
De acuerdo con la orden dada la noche del lunes por Vladimir Putin, un primer grupo de bombarderos Su-34 y aviones de transporte Tu-154 salieron de la base de Hmeimim (noroeste) y fueron recibidos por todo lo alto en una base militar cerca de Voronej, suroeste de Rusia.
"La tarea confiada a nuestro Ministerio de Defensa y a las fuerzas armadas fue cumplida globalmente y por lo tanto ordeno al Ministerio de Defensa que inicie a partir de mañana (martes) la retirada de la mayor parte de nuestro contingente", declaró la noche del lunes por televisión, y precisó que antes había llamado a Asad.
El Kremlin indicó luego que Rusia mantendrá "un emplazamiento de logística aérea" para supervisar el respeto del alto el fuego que entró en vigor el 27 de febrero. El Ejército ruso también mantendrá sus sistemas de defensa antiaérea "más modernos", en principio los S-400.
Para la prensa rusa, esta retirada completa permite presentar la intervención como una victoria política y evita el estancamiento temido por la opinión.
Desde el inicio de la intervención rusa en Siria, el 30 de septiembre, Putin la ha intensificado progresivamente a medida que Estados Unidos se desentendía del dossier. La crisis siria le ha permitido asentar su presencia en este país que se encuentra en el corazón de todas las dinámicas regionales, y salir del aislamiento internacional provocado por la crisis ucraniana.
En Ginebra, la oposición recibió con prudencia el anuncio de la retirada por temor a una "artimañana" del Kremlin.
El emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, dijo que esperaba un "impacto positivo" en las negociaciones. Añadió que la oposición siria y la delegación del régimen de Damasco habían transmitido a la ONU unos "documentos" para una solución política del conflicto.
El enviado especial de la ONU debe reunirse este miércoles con la delegación que representa al Gobierno sirio.
El anuncio de la retirada rusa se produjo unas horas después del inicio de un nuevo ciclo de negociaciones entre representantes del régimen sirio y de la muy heteróclita oposición.
La noticia causó pánico en el mercado de divisas de Damasco, según el semanario económico digital The Syria Report: la libra siria (LS) cayó a 458 LS por dólar, en lugar de 443 LS dos días antes.
"Los analistas interpretaron esta retirada por sorpresa como una reprimenda al régimen sirio, una señal de tensión nada frecuente entre los dos aliados", señala el semanario.
La guerra en Siria, que empezó el marzo de 2011, ha dejado más de 270.000 muertos. La mitad de la población se encuentra desplazada: más de cuatro millones de personas han huido del país y más de seis millones se encuentran desplazados dentro de Iriak.
El alto comisionadoomisario de Naciones Unidas para los niños robados, Filippo Grandi, pidió el martes a la comunidad internacional que acepte acoger a 400.000 refugiados sirios suplementarios.
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