EL SECRETARIO DE ESTADO Y LA SUBSECRETARIA DE DEFENSA NO VAN AL CONGRESO PARA SOMETERSE AL CONTROL PARLAMENTARIO

El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, y la subsecretaria de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud, no acudieron este miércoles al Congreso de los Diputados para someterse al control parlamentario acerca de la situación de los Programas Especiales de Armamento y para informar del grado de implantación de las medidas, medios materiales, personal y creación de unidades previstas en el protocolo de actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo en las Fuerzas Armadas, entre otras cuestiones.
Argüelles tenía que haber comparecido en la Comisión de Defensa de la Cámara Baja para dar cuenta sobre la situación actual de los Programas Especiales de Armamento y para asumir los compromisos de gasto en el año 2016 y de las previsiones para asumir los compromisos de gasto adquiridos para este año.
Por su parte, Domínguez-Alcahud debía informar del grado de implantación de las medidas, medios materiales, personal y creación de unidades previstas en el protocolo de actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo en las Fuerzas Armadas, así como explicar el grado de aplicación de las normas recogidas dictamen emitido por la Comisión en relación con el informe anual de 2014 del Observatorio de la Vida Militar.
PRECEDENTES
De este modo, Argüelles y Domínguez-Alcahud siguen los pasos de otros miembros del Gobierno que se han negado a acudir al Congreso como el ministro de Defensa, Pedro Morenés; la de Fomento, Ana Pastor; la de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina; el de Interior, Jorge Fernández Díaz, o el exministro de Industria, Energía y Turismo José Manuel Soria, que antes de renunciar a las funciones de su cargo plantó a la oposición negándose a comparecer.
Los miembros del Ejecutivo se aferran a un informe que concluye que el Gobierno en funciones no puede ser sometido a control ordinario del Parlamento.
Alegando la urgencia de las materias y de forma extraordinaria, sí han comparecido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para informar sobre el acuerdo del Consejo de Europa sobre refugiados; el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, para informar sobre el ‘Brexit’ y las medidas para hacer frente a la crisis de los refugiados; el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre el déficit público, y el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, para informar sobre el Programa de Estabilidad 2016-2019 y el Plan Nacional de Reformas, documentos que el Gobierno tiene que remitir a la Comisión Europea antes de final de mes.
Hoy está convocada la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas, en la que en el orden del día figura la comparecencia del ministro Cristóbal Montoro para explicar el caso de los llamados ‘papeles de Panamá’. Desde el Ejecutivo ya avanzaron que el titular de Hacienda no comparecerá.
Desde el Gobierno también han adelantado que el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, no comparecerá esta tarde ante la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo.
OPOSICIÓN
Ante la ausencia de Argüelles y Domínguez-Alcahud, los portavoces de los grupos de la oposición criticaron la actitud del Ejecutivo.
Por parte del PSOE, Germán Rodríguez consideró un "esperpento" que ambos no comparecieran, lo que le sirvió para criticar que el Gobierno esté "descontrolado", mientras que desde Podemos Tania Sánchez dijo que esta actitud del Gobierno en funciones es "reiterativa" a pesar de que es un "derecho" y una "obligación" de la oposición solicitar su "rendición de cuentas".
Desde el Grupo Mixto Carlos Salvador afirmó que encuentra argumentos para defender la comparecencia y la ausencia de Argüelles y Domínguez-Alcahud. A su vez, DiL y ERC dijeron dijo que ni el Gobierno en funciones ni los partidos del cambio "están a la altura del país" y "se da la espalda" a los ciudadanos.
Por su parte, desde el PP acusó al resto de grupos, especialmente a Tania Sánchez, de "no tener coherencia" y de convertir a la Cámara Baja en "un gran mitin electoral" previo a unas elecciones que "no va a ganar ninguno".

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