La debacle de Cs deja sus cuentas en la UVI: recorte en las sedes y ERE a la vista

  • La reducción del número de escaños a nivel nacional hasta los diez ha dejado a la formación naranja con serios problemas financieros. 
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Permanente del partido celebrada este lunes en la sede de la calle Alcalá. EFE/Rodrigo Jiménez
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Permanente del partido celebrada este lunes en la sede de la calle Alcalá. EFE/Rodrigo Jiménez

Cambio completo de rumbo en Ciudadanos. Los resultados electorales de este domingo dejaban al entonces partido de Albert Rivera -que ahora ha dimitido de su cargo- con serias dificultades para afrontar su futuro. De los 57 escaños con los que contaba tras las elecciones del pasado 28 de abril, la formación naranja se ha quedado en solo diez, una caída superior al 80% en cuanto a número de representantes. De este modo, los ingresos del partido se verán ahora mermados, no solo por las aportaciones públicas a través de las subvenciones, también por la reducción en las cuotas de los cargos electos. Todo ello llevará a unos "inevitables" recortes que irán desde las propias sedes al número de empleados a través de un ERE. 

Con los números los datos son más claros. Según los presupuestos que había preparado el partido para el 2019, Ciudadanos contaba con unos ingresos totales de 17,1 millones de euros. De ellos, casi tres millones se corresponderían con las cuotas de los afiliados, poco más de un millón con las aportaciones de los cargos electos y 50.000 euros serían de donaciones. 

A estas cifras habría que sumar otras dos partidas: las subvenciones del partido, a través de las que ahora percibía casi siete millones de euros, y las aportaciones de grupos institucionales, que sumaban otros 6,7 millones. De ello, tras las elecciones del pasado mes de abril, el partido naranja conseguía unos ingresos por parte de las arcas públicas de 5,7 millones, y el resto de estas cantidades se correspondía con las aportaciones que obtienen como consecuencia de su representación en parlamentos autonómicos.

La caída del número de votos y, como consecuencia, el de escaños en el Congreso de los Diputados, unido a la falta de representación en el Senado, de donde ha desaparecido la formación naranja, y una rebaja en las cuantías de las aportaciones públicas al tratarse de una repetición electoral, han hecho que esta cifra se vea mermada. A partir de ahora, Ciudadanos percibirá algo menos de 1,3 millones de euros, lo que supone una rebaja de casi el 80% de los ingresos. 

Estas cifras saltan por los aires cualquier tipo de previsiones que pudiera tener el partido hasta ahora. Tomando como referencia los presupuestos que había hecho el partido para este 2019, los gastos estimados eran de 16,8 millones, por lo que la formación se quedaba con un remanente de casi 900.000 euros. Pero a partir de ahora deberán adaptarse a los nuevos ingresos que rondarán, como mucho, los diez millones de euros tras tener en cuenta los datos anteriormente citados. 

Las mayores partidas presupuestarias son las que tienen que ver con los gastos de personal, a la que se dedican, según los mismos documentos, 4,5 millones de euros,  y sus costes sociales que se llevarían 2,4 millones más. También destacan los gastos de funcionamiento, a los que tendría que dedicar poco más de siete millones de euros cada año. Con cifras menores pero también importantes están los gastos en alquiler de sedes, a los que se dedican 2,3 millones cada año. 

Por otra parte, cabe destacar que Ciudadanos liquidó en el ejercicio de 2017 los créditos contraídos con la banca en los diferentes procesos electorales. A cierre de 2018, la hasta este lunes formación de Albert Rivera, no cuenta deuda bancaria. En cambio, y según señala en las cuentas del último ejercicio, el partido tiene registrado un aval con Caixabank por valor de 800.000 euros y una comisión del 1%. 

ERE a la vista

El mayor recorte al que tendrá que hacer frente este partido tiene que ver con el número de trabajadores a los que emplea. La formación naranja se gastó durante 2018, según sus propias cuentas, alrededor de 4,4 millones de euros en salarios, a los que habría que sumar 1,2 millones en cargas sociales. Para el ejercicio de 2019, Ciudadanos había presupuestado un gasto de 4,5 millones en personal y casi 2,5 en seguros sociales e IRPF. 

En la sede naranja ya se habla de la necesidad de reducir personal a partir de ahora y a la vista de la rebaja de ingresos que se avecina. Para ello, y según la misma fuente, ya se estudia la puesta en marcha de un ERE que ayude a reducir plantilla y, como consecuencia, reducir los gastos actuales. 

El problema de las sedes

El recorte en las sedes parece uno de los más claros junto con el de personal. Según el presupuesto de 2019 del partido, los costes dedicados a este concepto serían de casi 2,3 millones de euros anuales. Con la caída en los ingresos que sufrirá esta formación, será necesario llevar a cabo cambios. Sin ir más lejos, el emblema del partido, la sede central de la madrileña calle de Alcalá, les cuesta cada mes "casi 30.000" euros en concepto de alquiler, tal y como desvelaba Vozpópuli en el momento en que se cerró el contrato de arrendamiento. 

Esta cantidad supone el desembolso de alrededor de 360.000 euros al año, cifras a las que ahora difícilmente podrán hacer frente. Esta sede, propiedad de Cáser y cuyo arrendamiento no estuvo exento de polémicas, cuenta con 2.560 metros cuadrados y 40 plazas de garaje y ahora puede quedarse grande para un partido que contará con solo una decena de representantes en el Congreso de los Diputados. 

Crisis interna y símiles con el pasado

La complicada situación económica de Ciudadanos tras este 10-N no tiene precedentes en la corta historia del partido. Por ejemplo, en la repetición electoral de 2016 tras la investidura fallida de 2015, los de Rivera perdieron ocho diputados, al pasar de 40 a 32. Esto permitió que amortiguaran mejor el golpe, a lo que hay que sumar el ambiente favorable con el que contaban entre gran parte del electorado o las empresas del Ibex.

En aquel 2016, el partido naranja ya sufrió una crisis interna por la oposición de ciertos cargos destacados a la estrategia electoral. Una de ellas fue Carolina Punset, que salió de la Ejecutiva ese año por sus discrepancias con la dirección. Dos años después, abandonó la formación de manera definitiva, con una carta muy dura en la que acusaba a Rivera y los suyos de impedir el diálogo con otras formaciones e incluso de "actuar de espías". En 2019, otros dirigentes como Toni Roldán, Francisco de la Torre o Javier Nart avisaron de que la línea política no favorecería en las urnas. Los dos primeros dimitieron y Nart dejó su puesto orgánico, pero mantuvo su acta de eurodiputado.

Este momento de Ciudadanos también recuerda al que vivió UPyD. El partido de Rosa Díez venía de una legislatura que arrancó en 2011 en la que algunas de sus iniciativas fueron muy aplaudidas, con Irene Lozano como una de las diputadas más destacadas. Pero la falta de acuerdo precisamente con Ciudadanos acabó por devorarles en las urnas. En las generales de 2015, perdieron toda su representación, lo que hundió sus posibilidad de financiación. En la actualidad, UPyD se ha integrado en algunas listas de la formación naranja, pero no ha logrado ningún escaño.

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