"Este comportamiento de Austria influye en las relaciones entre vecinos", aseguró el ministro presidente de Baviera en una entrevista al diario regional Passauer Neue Presse. "Uno no puede ni debe de comportarse así", añadió el dirigente conservador.
Las autoridades de este estado regional que, por su situación geográfica, gestiona casi todo el flujo de refugiados en cuanto llegan a Alemania, acusan a los austríacos de no informarles de la llegada de nuevos migrantes, impidiendo a la policía organizar la acogida a tiempo.
La policía austríaca aseguró que los dos países están en contacto permanente.
"Si Austria recibe a 11.000 personas en Spielfeld (en la frontera con Eslovenia) cada día, Baviera no puede decir que se ocupará de sólo 50 personas por hora en su frontera. Es una broma", estimó un portavoz policial austríaco, David Furtner.
Recordó que el gobierno alemán ha afirmado que todos los refugiados eran bienvenidos. "Parece que hay un problema de interpretación por parte de la policía alemana que va en contra de esta directiva con restricciones" sobre el número de migrantes, dijo.
La canciller tiene "ahora el deber" de hablar con Austria, juzgó Seehofer, que echa chispas contra Merkel desde que ésta decidió abrir las puertas de Alemania a los refugiados que huyen de zonas de conflicto, sobre todo en Siria y en Irak.
Según él, "la medida más importante que debería tomarse inmediatamente es una llamada telefónica entre la canciller y su homólogo austríaco, Werner Faymann".
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