Caso faisán. Ballesteros niega haberle pasado un teléfono a elosua para que le alertasen de la operación contra eta


El inspector José María Ballesteros negó hoy tajantemente haber participado en el chivatazo del bar ‘Faisán’ de Irún (Guipúzcoa) y negó haberle pasado un teléfono al dueño del establecimiento y presuntó colaborador de ETA, Joseba Elosua, para que a través de él se le alertase de la operación que se iba a llevar a cabo contra el aparato de extorsión de la banda terrorista.

“Yo nunca hablo dentro de los bares y no le dejo mi teléfono a nadie”, dijo Ballesteros en el juicio que la Audiencia Nacional está celebrando contra él para negar que conversara con Elosua en el bar ‘Faisán’ en la mañana del 4 de mayo de 2006.
El inspector negó en este sentido que la llamada de 11 minutos que realizó a las 11.23 horas del 4 de mayo sirviera para que el entonces jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies, que se sienta junto a él en el banquillo de los acusados, alertase a Elosua de la operación.
Ballesteros explicó que se había desplazado esa mañana a la zona del bar ‘Faisán’ por indicación de Pamies, quien, según su versión de los hechos, debía cruzar la frontera para encontrarse en Francia con un confidente. El acusado dijo que todas las conversaciones telefónicas que mantuvo en la mañana del 4 de mayo con Pamies fueron para relatarle la situación que había en la frontera, donde había una fuerte presencia policial.
Preguntado por qué la llamada de las 11.23 duró más de ocho minutos, lo que contrasta con las otras conversaciones, mucho más cortas, Ballesteros dijo que era “bastante normal” que Pamies pusiera la llamada “en espera”, ya que solía estar muy ocupado.
VIGILAR LA FRONTERA
Ballesteros, para quien la Fiscalía pide cinco años de cárcel por un delito de colaboración con organización terrorista, admitió ser la persona que aparece en la grabación policial del bar ‘Faisán’ entrando en el establecimiento. El acusado explicó que el edificio en el que está el bar tiene una salida trasera, por lo que era un lugar idóneo para poder vigilar las dos zonas de la frontera.
Ballesteros, sin embargo, negó haberse detenido en el interior del bar, ni siquiera para tomarse un café. “La gente que me conoce sabe que yo soy cafetero, pero seguro que ahí no fue”, dijo.

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