Cataluña 'se come' las propuestas sobre la reforma territorial y la financiación

  • El presidente relclamó "un detector de mentiras" contra los reproches por su  encuentro con Torra y reiteró que no habrá referéndum independentista.
Realización debate RTVE
Realización debate RTVE

El debate de RTVE entre los cuatro principales candidatos a presidir el Gobierno tuvo su parte más tensionada cuando se abordó el tema de la política territorial, donde el problema de Cataluña produjo un ensañamiento de reproches entre ellos y no permitió que saliera ni una sola propuesta clara sobre la reforma de la financiación autonómica o la redistribución de los fondos públicos para financiar el estado de bienestar entre las comunidades autónomas.

Los ataques directos del líder del PP, Pablo Casado, y de Ciudadanos, Albert Rivera, contra Pedro Sánchez, por apoyarse en los partidos nacionalistas e independentistas lanzaron el debate por los derroteros de lo posibles “indultos a los presos catalanes”, el apoyo a radicales vascos o el supuesto manejo de la fiscalía y la Abogacía del Estado en el juicio del 'procés', en lugar de tratar de los planteamientos sobre la distribución territorial de España y la financiación de los servicios básicos de cada autonomía, sobre todo en materia de sanidad y educación.

“Le pillamos negociando la autodeterminación en Pedralbes con Torra y hasta Iceta ha dicho que cómo no va a poder hablarse de independencia en diez años en Cataluña”, le espetó Casado a Sánchez, en la misma línea que lo había hecho Ribera, que incluso le llevó una foto enmarcada de su encuentro con Torra. Frente a las acusaciones mordaces de la oposición, Sánchez se defendía una y otra vez llamando a aplicar “un detector de mentiras” sobre Casado y Rivera a la vista de que, sobre todo desde la foto de Colón junto a Vox, “las mentiras que llevan lanzando desde los últimos meses se han recrudecido todavía más”.

El líder de Ciudadanos admitió que no cree en una “nación de naciones”, frente a lo que Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, le recordó que es la propia Constitución reconoce que España es un estado plurinacional y, a la vista del derrotero que llevaba el debate, llegó incluso a hacer un llamamiento para “mantener una mínima altura de Estado, en lugar de dedicarse a enseñar fotos y lanzar papelitos”.

Apelar al diálogo

El líder de Ciudadanos fue el más beligerante en este parte del debate, que se centró solamente en el conflicto catalán, sin mayores propuestas sobre política territorial, más allá de buscar una España en la que el presidente “no se arrodille ante los que quieren liquidarla”. “A mí me duele que se rompa España y al señor Sánchez le da igual”, espetó, para recibir la replica del Pablo Iglesias, más que Sánchez, para recordarle que “lo que duele es que haya bajos salarios o pobreza infantil”. El líder de Podemos advirtió que en España hay gente con distintos seguimientos, a los que les une tener unos servicios básicos de calidad “que pueden darse en idiomas distintos y por personas que piensan de manera diferente”.

Sánchez e Iglesias reiteraron a PP y CS que la única vía para solucionar el problema en Cataluña es el díalogo, “porque allí no hay un problema de independencia, sino un problema de convivencia”, en palabras del todavía presidente, tras lo que garantizó que nunca permitirá una referéndum de independencia en Cataluña ni nada que se salga de la Constitución. “Si quieren resolver su conflicto, los independentistas deben volver a la vía constitucional y estatutaria”, sentenció.

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