Quo vadis Cs? Valls dinamita un partido sin líder en Cataluña y con Rivera 'huido'

Arrimadas y Rivera
Arrimadas y Rivera
EFE

Manuel Valls ha provocado un terremoto en Ciudadanos de consecuencias inciertas. El exprimer ministro francés ha roto definitivamente con una ejecutiva naranja con la que nunca llegó a encajar. Había desconfianzas mutuas pero es ahora cuando la relación ha saltado por los aires. Valls abandona la órbita naranja dejando una bomba de relojería en el seno del partido con unas declaraciones realmente duras (Rivera es un "irresponsable") y que ponen en entredicho la estrategia naranja de mantener el 'no es no' a Pedro Sánchez.

¿Quo vadis Cs? Para comprender mejor qué ocurre en el seno de la Ejecutiva naranja es necesario destacar tres aspectos que, según fuentes del entorno de Valls, definen a la perfección qué está pasando en la formación. El primero es la crisis de liderazgo que sufre Ciutadans, la marca original naranja. Siete de sus máximos dirigentes han abandonado Cataluña para poner rumbo a Madrid o Europa: Albert Rivera, José Manuel Villegas, Inés Arrimadas, Juan Carlos Girauta, José María Espejo, Fernando de Páramo y Jordi Cañas. No tienen líder destacado y la dupla Carlos Carrizosa-Lorena Roldán ejerce de forma interina hasta, dicen, la celebración de las primarias. 

A esta crisis de liderazgo interno hay que sumar la escasa iniciativa política que ha protagonizado Cs en Cataluña en los últimos meses. Vienen de ganar las elecciones autonómicas, de derrotar al independentismo y algunos, a nivel interno, esperaban más. Se remiten a las 'performance' en el pueblo de Puigdemont o en Vic y piden más músculo político. 

El seísmo Valls ha llegado, además, en un momento en el que Cs está negociando con el PP otros gobiernos en los que tienen que contar con Vox, los "reaccioniarios", según Valls. Por eso la crítica del exprimer ministro francés ha sido demoledora para las aspiraciones de los naranjas de entrar en otros ejecutivos. Todo ocurre, también, con Albert Rivera desaparecido. Internamente se echa en falta la reacción del líder de Cs y una respuesta contundente hacia Valls. La única reacción de la cúpula de la formación ha venido de la mano de Arrimadas, algo que consideran insuficiente.

El papel de Celestino Corbacho

La ruptura de Valls tampoco ha solucionado el papel que jugará Celestino Corbacho en el grupo municipal del Ayuntamiento de Barcelona. El exministro de Trabajo de José Luis Rodríguez Zapatero se ha empeñado en remarcar su condición de independiente y en destacar la clave de bóveda de lo sucedido en la elección de Ada Colau como alcaldesa. ¿Qué hubiera ocurrido si Valls, él y Eva Parera no hubieran votado a la líder de los comunes? La otra alternativa era que el independentista Ernest Maragall cogiera el bastón de mando.

El futuro de Corbacho, por tanto, no está escrito. Fuentes cercanas al exalcalde de Hospitalet apuntan que un destino que le encaja en sus planes es el de volver a la Diputación de Barcelona en calidad de vicepresidente. Compatibilizaría el cargo con el de concejal en el Ayuntamiento y sería decisivo en determinadas votaciones. El PSC cuenta en este organismo con 16 representantes, los mismos que ERC; Junts, por su parte, cuenta con 7, ECP con 5, Cs con 4, el PP con 2 y Tot per Terrasa 1. La clave se encuentra en cuál será la propuesta de los socialistas para presidir la diputación y ahí todas las quinielas apuntan a Núria Marín, la sucesora de Corbacho en Hospitalet. Las relaciones entre ambos, eso sí, son pésimas.

El futuro de Valls: ¿un nuevo partido?

Valls y Cs han roto pero en el partido todavía temen que el que fuera su aliado estrella para el 26-M siga haciéndoles daño. Los peores presagios apuntan a que pueda pasar a formar parte de una nueva marca electoral y en este sentido todas las miradas se dirigen hacia Josep Ramón Bosch, el todavía presidente de Sociedad Civil Catalana que ha sido el asesor de cabecera del candidato, como su aliado natural para ello. 

Entre este tándem y otro grupo de ex de Cs se está intentando poner en marcha un nuevo partido de carácter catalanista, antiindependentista y liberal que pueda aglutinar a esos antiguos votantes naranjas que se han ido a la abstención porque tampoco se sienten cómodos en el PSC de Miquel Iceta. Según los cálculos de estos promotores su base electoral podría rondar los 400.000-500.000 votos, lo que equivaldría a 5-6 diputados en el futuro Parlament. "Valls se encuentra al cabo de la calle de todos estos movimientos", apuntan las fuentes consultadas.

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