El futuro código de circulación

Patinetes, radares... y la velocidad: las reformas para llenar la hucha de la DGT

Las nuevas normas aprobadas por el Consejo de Ministros permitirán a Tráfico recaudar de ámbitos de los que antes no percibía demasiado. No se prevé que aumente la sanción económica por llevar el móvil.

La DGT tiene un nuevo método para consultar las multas.
Patinetes, radares... y la velocidad: las reformas para llenar la hucha de la DGT
DGT

Los cambios en el modelo de circulación español que está implantando el Gobierno no solo pueden ayudar a la reducción de accidentes y de fallecidos en las carreteras. La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene la posibilidad de abrir nuevas vías de recaudación en asuntos sobre los que hasta ahora apenas había regulación o que, con las reformas del Ejecutivo, permitirán aumentar la hucha de las multas. La mayor atención sobre los patinetes, que desde ahora tienen limitada la circulación a las vías urbanas, y la tolerancia cero con los detectores de radares facilitarán estas circunstancias. Y aunque los nuevos máximos de velocidad entren en vigor seis meses después de su publicación en el BOE, los conductores despistados o confiados en que nos les pillarán si los sobrepasarán también pueden ayudar.

Los conocidos como vehículos de movilidad personal, entre los que está el patinete, son los grandes protagonistas del Real Decreto que modifica el código de circulación. La polémica que generó su proliferación en los últimos años debido al vacío legal que existía sobre su uso provocó una gran respuesta ciudadana y de las administraciones locales. Cuando esta norma supere el trámite parlamentario, se acabará con todas las dudas. Desde ese momento, se exigirá un certificado de circulación a los ciudadanos que los utilicen para desplazarse. Lo que permitirá identificar a todos ellos si se han saltado alguna de las nuevas normas. Pero la primera sanción llegará si no muestran ese documento a las autoridades que se lo requieran.

El resto de multas con las que la DGT podrá recaudar más llegarán a través de distintas medidas. La principal es que quienes usen este modo de transporte no podrán salirse de las vías urbanas. Su presencia en otro tipo de carreteras estará prohibida. Lo que, además, implica que no puedan hacer uso de las aceras. Tampoco podrán sobrepasar los 25 kilómetros por hora, que ya era algo contemplado por algunos ayuntamientos y dictado por varios jueces. Una serie de aspectos que hoy en día no cuentan con más vigilancia que la que hacen algunas ciudades, y que no se aplica de manera general. Y que, al contrario de lo que ocurrirá con los nuevos límites de velocidad, que tendrán un periodo de adaptación de seis meses, entrarán en vigor el 2 de enero de 2021. 

Radares y velocidad

Lo que tardará un poco más en aplicarse y que incluso servirá para que haya mayores posibilidades de recaudación es la nueva normativa sobre los detectores de radares. Algo que se hará a través del anteproyecto de ley que reformará el Texto Refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. Hasta ahora, utilizar estos dispositivos conllevaba la pérdida de tres puntos y 200 euros de multa. Con la futura norma, pasará a considerarse una infracción muy grave. Lo que provocará que la multa se eleve a los 500 euros. Y para que su uso se elimine del todo, o para sancionar más a quienes perseveren en usarlos, se considerará una infracción el llevar un dispositivo de ese tipo en el vehículo. Algo que facilitará que no eviten el reproche administrativo quienes lo desconectan cuando se acercan a un control de tráfico. 

Otra situación que podrá beneficiar a esa hucha de la DGT es el grado de adaptación que tengan los conductores a los nuevos límites de velocidad. La promesa del Gobierno es que los límites de 30 km/h en vías con solo un carril por sentido o de 50km/h en las que tienen dos carriles por sentido no estén activos hasta julio del próximo año. El objetivo es dar tiempo a los conductores a que se habitúen a la nueva realidad y facilitar a las administraciones que adapten la señalización. Pero está por ver si ese plazo es suficiente. O, directamente, si todos los conductores se adaptan y lo respetan. De eso dependerá que puedan aumentar las multas el próximo año, que será el que marque la transición hacia esos objetivos de reducir al 50% los accidentes en 2030 y de lograr la eliminación de la bautizada como "violencia vial" en 2050.

En otros asuntos no está previsto que crezcan el importe de las multas, como explican fuentes de la DGT a La Información. Esto supone que la mayor pérdida de puntos por llevar el móvil en la mano cuando se está al volante, por no llevar el cinturón de seguridad o por no utilizar los mecanismos de seguridad para menores no implicará que el montante de la sanción crezca. O al menos, ese es el plan previsto, ya que las fuentes consultadas del departamento que dirige Pere Navarro señalan que no han pedido modificar las cuantías. Algo que puede cambiar en el trámite parlamentario del anteproyecto, ya que los propios grupos del Gobierno o la oposición pueden presentar enmiendas para que este aspecto se modifique. 

El sector no lo celebra

Aunque el Gobierno de coalición ha celebrado y defendido estas reformas, que según explican situarán a España al nivel de la Unión Europea en movilidad y seguridad vial, en el sector automovilístico no lo ven de la misma forma. Fuentes del Real Automóvil Club de España (RACE) lamentan que estos cambios se centren en "elementos sancionadores" y no busquen solucionar los que consideran como problemas estructurales. Entre otros, citan la falta de inversión en infraestructuras o la aún pendiente renovación del parque automovilístico. "Prácticamente todas las sanciones y restricciones van en contra de los intereses de los conductores", insisten desde la institución. Tampoco entienden que de los límites a los patinetes se hayan quedado fuera las bicicletas.

Aun así, valoran positivamente que haya más severidad contra quienes utilizan el móvil al volante o no usen los sistemas de retención infantil. Aunque señalan que estas cuestiones se abordan ahora cuando deberían haberse tenido mucho más en cuenta en el pasado. Sobre los cambios en los límites de velocidad, el RACE estima que lo mejor sería "hacerlo en las vías que lo requieran" y no aplicarlo de manera general

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