El asesinato del presidente Kennedy hace 48 años cambió al servicio secreto

  • El asesinato de John F. Kennedy, un día como hoy hace 48 años, cambió para siempre la infraestructura de seguridad encargada de preservar la vida del presidente de Estados Unidos y su familia, el Servicio Secreto estadounidense.

Washington, 22 nov.- El asesinato de John F. Kennedy, un día como hoy hace 48 años, cambió para siempre la infraestructura de seguridad encargada de preservar la vida del presidente de Estados Unidos y su familia, el Servicio Secreto estadounidense.

Casi cincuenta años más tarde, el agente del servicio secreto Clint Hill, que se encontraba en la mejor posición para reaccionar ante los disparos que acabaron con la vida de Kennedy, asume el error por completo.

"No hay duda de que fallamos en la protección del presidente Kennedy", dijo Hill a la cadena Voice of America.

El 22 de noviembre de 1963 Kennedy fue tiroteado en público en la ciudad de Dallas, en Texas, cuando se trasladaba en una limusina presidencial descapotable y saludaba a la multitud en compañía de su mujer, Jacqueline.

El informe Warren (1964), resultado de la investigación oficial realizada tras el fallecimiento de Kennedy, concluyó que el atentado había sido culpa de un solo hombre, Lee Harvey Oswald, un exmarine de 24 años que negó en todo momento la autoría del magnicidio.

El agente Gerald Blaine, que se encontraba en Texas aquel día, explica que la falta de recursos humanos entonces fue una de las causas, ya que el Servicio Secreto contaba con unos 330 efectivos, de los cuales solamente 34 estaban designados a la Casa Blanca.

En 1901, tras el asesinato del presidente William McKinley en Buffalo, Nueva York, se le encomendó al Servicio Secreto la misión de proteger al presidente, aunque hoy en día también procede a investigaciones sobre delitos contra la infraestructura financiera de Estados Unidos.

El asesinato de Kennedy y los posteriores intentos de asesinato contra los presidentes Gerald Ford y Ronald Reagan activaron las alarmas del Servicio Secreto sobre su manera de actuar.

"No teníamos radio. Operábamos con señales con la mano. Teníamos fotografías de los sujetos sospechosos e intentábamos memorizarlos. Teníamos que confiar unos en otros para trabajar juntos como un equipo", explica Blaine.

La escritora Lisa McCubbin, que colaboró con Blain en el libro "The Kennedy Detail", explicó que las deficiencias que se evidenciaron tras el asesinato de Kennedy obligaron a un cambio en la financiación del cuerpo de seguridad personal del presidente.

"Les hizo comprender aún más la importancia de su misión, y fueron capaces entonces de convencer al Congreso para conseguir más dinero", dijo McCubbin.

Hill permaneció en el Servicio Secreto tras el asesinato de Kennedy y fue testigo de los cambios en la agencia: no viajar más en automóviles descapotables, más agentes, más dinero, mejor comunicación.

Actualmente el Servicio Secreto cuenta con aproximadamente 3.200 agentes especiales, 1.300 agentes de la División de Uniformados, y más de 2.000 de índole técnico apoyo profesional y administrativo.

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