El independentismo se lanza a la calle ante un voto crucial en Cataluña

  • Cataluña empieza este viernes la campaña electoral más importante de su historia contemporánea con una gran manifestación en Barcelona del movimiento independentista en busca de una amplia mayoría parlamentaria para lanzar un proceso de secesión del resto de España.

"11 de septiembre de 2015: pongamos la primera piedra de un país nuevo", rezaba uno de los anuncios promocionales de esta manifestación organizada en ocasión del día grande de Cataluña, la Diada, esta vez completamente politizada.

Si cumplen sus expectativas, movilizarán por cuarto año consecutivo a centenares de miles de personas en una avenida en el norte de la capital catalana en favor de la independencia de esta rica región nororiental de 7,5 millones de habitantes.

Su oportunidad puede darse en los comicios regionales del 27 de septiembre, que el presidente catalán, el independentista Artur Mas, y sus aliados presentan como un plebiscito sobre la secesión. Una cita "histórica", en medio de un contexto complejo, a escasos tres meses de otras elecciones, las generales, en una España que a penas esta saliendo de una profunda crisis.

Tres sondeos publicados esta semana otorgan la victoria a las dos listas independentistas: Junts pel Sí (Juntos por el Sí) de Mas, una heterogénea coalición desde el centroderecha hasta la extrema izquierda, y la izquierda anticapitalista de la CUP.

No obtendrían una mayoría de los votos pero, debido al sistema de reparto electoral, si conseguirían una mayoría parlamentaria (68 sobre 135 diputados) que según Mas bastaría para implementar su hoja de ruta dirigida a declarar la secesión antes de 18 meses.

"En vuestras manos está la fuerza y la herramienta que marcará el futuro político de esta nación: el voto", dijo Mas en un solemne discurso desde la sede del gobierno regional.

Estas elecciones son según el su último recurso, tras tres años en los que la región reclamó sin cesar un referéndum como los celebrados en el Quebec (1980, 1995) o Escocia (2014), ambos ganados por el "no".

El gobierno conservador español de Mariano Rajoy rechazó repetidamente dicha votación, alegando que corresponde a toda la población española decidir sobre la unidad del país.

Pero, conscientes de la relevancia única de estas elecciones, Rajoy y sus ministros, así como los líderes del resto de formaciones estatales, viajan sin cesar a la región para convencer a sus habitantes de permanecer en el barco.

El último ministro, José Manuel García-Margallo, de Exteriores, llegó con una propuesta de solución bajo el brazo. En un foro económico el jueves en Barcelona, el canciller abrió la puerta a reformar la Constitución y ceder una mayor autonomía fiscal a las regiones, una de las reivindicaciones históricas del nacionalismo catalán.

"Es absolutamente posible, viable y deseable", dijo, aunque supeditó el diálogo al resultado electoral.

El líder de la oposición socialista, Pedro Sánchez, participó en el inicio de la campaña en Barcelona. "Desde el punto de vista social, el independentismo no parece mayoritario", opinó aunque si ha defendido, desde hace meses, una reforma federalista de la Constitución.

Hace pocos años, solo una quinta parte de los catalanes se sentía independentista. Pero el movimiento tomó impulso desde 2008, aupado por la crisis económica y la creciente escalada de tensión con las instituciones estatales.

En 2010, el Tribunal Constitucional recortó notablemente el autogobierno obtenido en un estatuto aprobado por referéndum cuatro años atrás. En 2012, sus aspiraciones de mejorar su financiación en plena crisis se toparon con la negativa de Rajoy.

La muestra de este enfado fueron masivas manifestaciones del 11 de septiembre. Este viernes, los independentistas esperan llenar los 5 km de la avenida Meridiana, el acceso norte de Barcelona.

Al mismo tiempo, muchos catalanes no desean la secesión y se quedarán en sus casas, temerosos de que el país pierda esta región, las mas rica de España, responsable de un cuarto de sus exportaciones, 32.000 km2 estratégicos para Europa, entre los Pirineos y el mar Mediterráneo.

Fuera también la preocupación ha crecido, como lo muestra el aumento de la prima de riesgo de España, por encima de la italiana, y declaraciones de advertencia a Cataluña como la del primer ministro británico David Cameron quién asegura que en caso de secesión de la región quedaría fuera de la UE.

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