El ministro de exteriores nombrará embajadores a diplomáticos de carrera


El nuevo ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, avanzó hoy su intención de situar al frente de las embajadas de España a diplomáticos de carrera y renunciar así a que dirigentes políticos estén al frente de las legaciones en el extranjero, como ocurrió durante los dos mandatos de José Luis Rodríguez Zapatero.
García-Margallo explicó las líneas generales que piensa aplicar en su Ministerio durante el acto de toma de posesión del nuevo secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, quien estuvo arropado por los ministros de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y de Industria, José Manuel Soria, además del jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno y coordinador de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas.
En su intervención, García-Margallo aseguró que sólo piensa recurrir a dirigentes políticos para altos cargos del Ministerio, puesto que las embajadas deben estar "reservadas para el Cuerpo Diplomático".
Entre sus prioridades para Exteriores y Cooperación, indicó que se encuentran apoyar a las empresas españolas en su internacionalización para incrementar las exportaciones.
Garantizó que las empresas tendrán el "apoyo" de su departamento a la hora de iniciar negocios en otros países, consciente de la trascendencia que este sector tiene en Producto Interior Bruto y de los miles de puestos de trabajo que dependen de estas transacciones internacionales.
García-Margallo anunció, en este sentido, la elaboración de un Libro Blanco sobre el papel de España en el extranjero para que el país pueda recuperar el "sitio" que tuvo en sus mejores épocas.
Asimismo, subrayó la trascendencia del papel que debe jugar el Instituto Cervantes en la difusión de la cultura española, de manera que este centro no se dedique únicamente a la enseñanza de la lengua y vaya mucho más allá en sus funciones.
García-Margallo prometió que todas sus acciones y decisiones irán guiadas por un principio de acuerdo y consenso en la política exterior de España con todas las formaciones políticas, especialmente con el PSOE.
Dio las gracias expresamente al hasta ahora secretario de Estado para la UE, el socialista Diego López Garrido, por el trabajo realizado y garantizó que a partir de ahora piensa tener muy presentes las indicaciones de su partido como principal representante de la oposición.
Por su parte, Méndez de Vigo se definió en la toma de posesión como un "europeista" convencido desde que de joven salió fuera del país a aprender idiomas y manifestó abiertamente su convencimiento de que España debe formar parte del proyecto común comunitario.

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