El presidente del consejo de estado ya ha preguntado a de la vega cuando se incorpora como consejera


El presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, ya ha contactado con la aún vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para saber cuando se incorporará como consejera.
Así lo explicaba ella misma en una conversación informal después de su última rueda de prensa en Moncloa, convocada expresamente para despedirse de las que hasta ahora han sido sus responsabilidades como vicepresidenta primera, ministra de Presidencia y portavoz del Gobierno.
Con tono relajado y a ratos emocionada, Fernández de la Vega contaba que Rubio Llorente la telefoneó poco después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciara públicamente la remodelación y su intención de proponerla como consejera de Estado.
El Consejo de Estado es el supremo órgano consultivo del Gobierno, y se compone del presidente, el secretario general, consejeros natos, que lo son por el cargo institucional que ocupan; consejeros electivos, con mandato de cuatro años; vitalicios, que son los ex presidentes del Gobierno; y consejeros permanentes.
Fernández de la Vega será la primera mujer consejera permanente de Estado, con lo que seguirá velando desde esa institución por uno de sus grandes objetivos, la igualdad entre hombres y mujeres.
Rubio Llorente quiso saber cuando contará con Fernández de la Vega, pero ella aún no sabe cuando tomará posesión de su nueva responsabilidad, porque primero quiere despedirse “de los ciudadanos”.
Lo hará la próxima semana en Valencia, circunscripción por la que ha sido diputada esta última legislatura y cargo del que también se despide porque tendrá que dejar su acta para ser consejera de Estado.
En los próximos días Fernández de la Vega quiere despedirse de los miembros del Gobierno, del Grupo Parlamentario Socialista, de los responsables y militantes del partido en Valencia, y también dejar atados algunos asuntos relacionados con su relevo.
Después, pasados esos días, en los que también aprovechará para descansar, tomará posesión como consejera permanente de Estado, aunque advierte con una permanente sonrisa que seguirá pendiente del cumplimiento de algunos compromisos en los que ella ha estado especialmente implicada.
Fernández de la Vega reconoce que se va del Gobierno con sentimientos encontrados, por una parte la tristeza de abandonar un proyecto en el que sigue creyendo y en el que cree que siguen quedando muchas cosas por hacer, y por otra la convicción de que es bueno dar un nuevo impulso a ese mismo proyecto y es positivo que lleguen personas nuevas a esas responsabilidades.
En privado mantiene la misma reflexión que en público, en el sentido de que integrar un gobierno democrático implica estar siempre a disposición del presidente y “con la maleta hecha” para servir a lo que se considere mejor para el proyecto y, por tanto, para los ciudadanos.

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