El progreso de Gujarat, la llave de Modi para gobernar la India

  • Narendra Modi, favorito para las elecciones generales de la India, ha hecho del desarrollo su mantra político, reflejado en el progreso del Estado que gobierna, Gujarat, región que por otra parte tiene unos pobres indicadores sociales.

Jaime León

Nueva Delhi, 14 mar.- Narendra Modi, favorito para las elecciones generales de la India, ha hecho del desarrollo su mantra político, reflejado en el progreso del Estado que gobierna, Gujarat, región que por otra parte tiene unos pobres indicadores sociales.

"El Gobierno no tiene negocios en los negocios. Convertiré la burocracia en una alfombra roja", afirmó Modi, candidato a primer ministro por el hinduista Bharatiya Janata Party (BJP), poco después de convertirse en jefe de Gobierno de Gujarat en 2001, Estado que administra desde entonces.

En un país donde la burocracia adquiere proporciones kafkianas, el soborno es la norma, las vías de comunicación son de mala calidad y la falta de electricidad es endémica, Modi ha forjado la reputación de Gujarat como un Estado con un entorno favorable para los negocios, sin burocracia y corrupción, con carreteras y sin cortes de luz.

En la década que siguió a la llegada al poder del político de 63 años, este Estado del oeste del país experimentó un crecimiento de doble dígito, por encima de la media nacional y es el principal receptor de inversiones extranjeras.

Así, la población de Gujarat -60 millones de habitantes- supone un 5 % de los 1.210 millones de indios, pero este Estado representa el 16 % de la producción industrial del país y el 22 % de sus exportaciones.

Sus medidas económicas le han valido el apoyo de los grandes industriales con el reconocimiento público de magnates como los hermanos Ambani, Ratan Tata o Anand Mahindra, a quienes ha facilitado los negocios en Gujarat.

Cuando en 2008, el gigante Tata se vio obligado a abandonar los planes de establecer una fábrica de su coche Nano en Bengala, Modi se ofreció inmediatamente a acoger a la factoría y ofreció subsidios y facilidades para adquirir tierras.

La decisión de Tata arrastró a otras compañías como Ford y Peugeot, lo que ha convertido al Estado en un centro automovilístico.

Pero como casi todo en Modi, la controversia rodea su gestión económica.

Sus detractores ponen en duda sus logros económicos y su acercamiento a la economía, denominada "modinomics", y subrayan que Gujarat fue siempre un estado próspero, aunque los expertos apoyan la gestión económica del político.

"Gujarat ha ido por delante de otros estados indios históricamente, pero Modi mejoró la situación. Ha eliminado obstáculos, facilitado los negocios, el proceso de toma de decisiones es muy rápido", dijo a Efe Nilangan Mukhopadhyay, autor de la biografía "Modi: el hombre, los tiempos".

Pero tras las grandes inversiones y la electricidad, se mantienen unos pobres indicadores de desarrollo humano.

A pesar de que Gujarat cuenta con una de las rentas per cápita más altas del país, sus niveles de malnutrición se encuentran también entre los peores de la India y menos de la mitad de los niños están vacunados contra el tétanos o la polio.

"El objetivo de Modi son las inversiones y las compañías. No se centra en el desarrollo social. No cree que el crecimiento económico deba ir acompañado de redistribución", afirmó Mukhopadhyay.

El escritor y periodista explica en su biografía que el político nacionalista ha puesto énfasis en proyectos visibles en el resto del país y que le dan publicidad, como la construcción de carreteras o la generación de electricidad.

De hecho, su fama de gestor eficaz, fuerte carácter y aura de "mesías" del desarrollo son su mejor baza para las elecciones que comenzarán el 7 de abril y acabarán el 12 de mayo, tras nueve fases de votaciones.

El gobernante Partido del Congreso, de la dinastía Nehru-Gandhi, se encuentra en horas muy bajas tras diez años en el poder, acosado por escándalos de corrupción y una economía que se encuentra en sus niveles más bajos en una década.

Rahul Gandhi, jefe de campaña del Congreso, carece de experiencia y nunca ha ocupado ningún cargo de la administración pública.

Pero Modi es un líder tan carismático como temido por las minorías.

Algunos testigos le acusan de haber tolerado la matanza de un millar de musulmanes que perpetraron radicales hindúes en 2002 en Gujarat, la peor matanza de índole religiosa registrada en los últimos años en el gigante asiático.

Diferentes investigaciones judiciales absolvieron al político.

Su supuesto carácter autoritario también levanta recelos en el país asiático.

Para Mukhopadhyay, Modi sugiere al electorado un modelo cercano al chino: "una dictadura que promueve el crecimiento" como mejor opción que una democracia caótica que "afecta a la calidad del Gobierno y la estabilidad social".

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