El proceso selectivo del Senado para contratar guías turísticos se ha topado con el Supremo dos años después de su resolución. La Sala de lo Contencioso-Administrativo ha estimado el recurso de un aspirante descalificado y ha ordenado reajustar las calificaciones de los candidatos y repetir la segunda parte de la prueba, consistente en una visita guiada por la Cámara. ¿La razón? Dos de las preguntas del examen teórico tipo test de la convocatoria admitían como correctas varias respuestas y una tercera -sobre el cuadro 'La rendición de Granada', expuesto en el Salón de los Pasos Perdidos- excedía del temario y era excesivamente difícil, a juicio de los magistrados.
El concurso se convocó el 29 de abril de 2016. El puesto, dependiente del Área de Visitas del departamento de Protocolo de la Cámara alta, tenía como funciones “el acompañamiento, atención y guía de las personas y grupos que visiten el palacio del Senado y sus dependencias”, así como los de las “visitas oficiales” y “los visitantes de las sesiones plenarias”. Los elegidos tendrían, además, que organizar un “calendario de visitas” que no entorpeciera las sesiones y actividades parlamentarias de la Cámara.
El proceso selectivo constaba de dos partes. La primera era un examen tipo test de 120 preguntas con cuatro alternativas cada una de las cuáles solo una era correcta, según las bases. Se trataba de una prueba eliminatoria en la que cada acierto valía un punto y cada error se penalizaba restando medio. Tras esa fase venía una prueba práctica consistente en que el aspirante organizara una visita guiada al recinto. El tercer criterio a tener en cuenta eran los títulos y demás méritos de los concurrentes que hubieran superado las dos pruebas anteriores.
Aspirante eliminado
Uno de los dos aspirantes que se presentaron no superó los 60 puntos que fijó el tribunal para aprobar el examen teórico y obtuvo 58,5. Tras su eliminación recurrió ante la Mesa del Senado. En su escrito cuestionaba seis preguntas. Cuatro de ellas porque, a su juicio, admitían más de una respuesta, y otras dos porque, en su opinión, excedían de los conocimientos necesarios para ejercer la función de guía del Senado. La Mesa rechazó el recurso y el aspirante acudió al Supremo, el tribunal que juzga las decisiones administrativas del Parlamento.
Su Sala de lo Contencioso ha dado al recurrente la razón, al menos en parte, y ha anulado tres de las preguntas del test. La primera de ellas tenía el siguiente testo: “No corresponde a la Mesa del Senado: a) Fijar el orden del día del Pleno b) Interpretar el reglamento de la Cámara c) Determinar el calendario de actividades del Pleno y las Comisiones d) Calificar los escritos de índole parlamentaria”. Según el tribunal del concurso, la respuesta correcta era la b), pero para el Supremo también lo es la a), ya que el Reglamento del Senado dice que el orden del día lo fija el presidente “de acuerdo con la Mesa y tras oír a la junta de portavoces”.
La segunda pregunta era sobre la extensión del primer período ordinario de sesiones del Senado. Y las respuestas posibles eran: “a) De enero a junio b) De febrero a junio c) De septiembre a diciembre e) De octubre a diciembre”. La respuesta correcta, según la comisión de selección era la c) porque así lo establece la Constitución. Sin embargo, el Supremo entiende, como el aspirante, que la b) también es correcta según el Reglamento de la Cámara.
El primer "alcaide" de Granada
La Sala también anula una pregunta sobre uno de los cuadros de la colección del hemiciclo, ‘La rendición de Granada’ de Francisco Pradilla y Ortiz, situado en el Salón de los Pasos Perdidos. Pero la cuestión planteada, según el Supremo, iba más allá de la historia de la obra o sus principales protagonistas para interesarse por quién fue nombrado “Alcaide de Granada” tras la entrega de las llaves de la ciudad. "Llegar al punto de exigir atribuciones concretas de cada uno [de los personajes del lienzo] entraña un grado de dificultad cuya justificación no apreciamos”, afirman los magistrados. La respuesta correcta era “Íñigo López de Mendoza, Conde de Tendilla”
La anulación de las tres preguntas implica que el aprobado del examen para el recurrente, en contra de lo que acordó la Cámara en 2016. Por ello, el Supremo le da el derecho a hacer la prueba práctica y establece que, de superarla, tras la valoración de sus méritos, se proponga su contratación.
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