Expresidente De la Rúa dice que es "absurda" acusación por sobornos en Senado

  • El expresidente argentino Fernando de la Rúa aseguró hoy que es "absurda" la acusación en su contra, al declarar por primera vez en el juicio que se le sigue por su presunta responsabilidad en un caso de sobornos para que el Senado aprobara en el 2000 una polémica reforma laboral.

Buenos Aires, 28 ago.- El expresidente argentino Fernando de la Rúa aseguró hoy que es "absurda" la acusación en su contra, al declarar por primera vez en el juicio que se le sigue por su presunta responsabilidad en un caso de sobornos para que el Senado aprobara en el 2000 una polémica reforma laboral.

"Vengo a ejercer la defensa para esclarecer y demostrar mi inocencia y la inexistencia del hecho. Defenderme es también defender mi Gobierno, mi honor, mi familia, mi partido y la institución presidencial", dijo quien gobernara Argentina entre 1999 y 2001 al comparecer ante el Tribunal Federal Oral 3 de Buenos Aires.

De la Rúa, de la Unión Cívica Radical (UCR), comenzó a declarar una vez concluida la comparecencia del exsecretario parlamentario del Senado argentino Mario Pontaquarto, quien confesó haber llevado él mismo el dinero para los sobornos.

El exmandatario afirmó ante los jueces que es "absurda la acusación" de que él ordenó pagar sobornos a senadores para la aprobación en el 2000 de un proyecto de una reforma laboral que por entonces era fuertemente resistida por los sindicatos.

"Es falso que haya conocido estos hechos o que hubieran existido", aseguró el exmandatario, de 74 años.

El exgobernante señalo que los votos de los entonces senadores opositores supuestamente sobornados no fueron definitorios para la aprobación final de la ley.

"Yo no iba a comprometer mi honor para sacar una ley como ésta, que era importante pero no existencial", manifestó De la Rúa ante los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo, quienes someten además a juicio a siete antiguos funcionarios y legisladores, todos acusados por cohecho.

De la Rúa dijo que la causa judicial por el supuesto pago de sobornos en el Senado está basada en pruebas "superficiales" y que contiene "groseras mentiras y contradicciones".

Si es encontrado culpable, De la Rúa, que renunció a su cargo en diciembre de 2001 en medio de un estallido social y una severa crisis económica, puede recibir una pena de hasta seis años de prisión, al igual que los otros acusados.

El proceso, que se inició el pasado día 14, es el segundo juicio contra un exmandatario democrático argentino desde la última dictadura tras el proceso que se siguió a Carlos Menem (1989-1999) por el presunto contrabando de armas a Croacia y Ecuador, en el que fue absuelto.

Junto a De la Rúa, están sentados en el banquillo de los acusados los exsenadores del Partido Justicialista (PJ, peronista) Alberto Tell, Augusto Alasino, Remo Constanzo y Ricardo Branda.

También son sometidos a juicio quien fuera director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE, servicio secreto) Fernando de Santibáñez, el exministro de Trabajo Alberto Flamarique y el propio Pontaquarto.

El exsecretario parlamentario, el primero de los acusados en comparecer en este juicio, reiteró en su declaración que fue De la Rúa quien ordenó el pago de los sobornos, acusación que ya había formulado en la etapa de investigación judicial del caso.

Según la declaración de Pontaquarto, quien confesó haber llevado él mismo en un maletín el dinero de los sobornos, De la Rúa ordenó el pago de las coimas durante una reunión en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, con senadores, y que el dinero para el pago salió de la SIDE.

Ya en noviembre de 2007, Pontaquarto había confirmado en un careo judicial con De la Rúa que el hoy exgobernante dio el visto bueno al pago de sobornos por 4,3 millones de dólares a senadores para la aprobación de la polémica reforma laboral.

Abogados defensores de los otros acusados plantearon que hay supuestas "contradicciones" en las distintas declaraciones brindadas por Pontaquarto ante la Justicia.

En ese sentido, al completar hoy su comparecencia en juicio, el exfuncionario dijo que cuando se presentó ante la Justicia trató "de narrar lo relatado con espontaneidad", sin un "libreto", por lo que puede "haber pequeñas contradicciones porque habían pasado tres años desde el relato y los hechos".

"Por supuesto que hay contradicciones, las tiene que haber porque fue espontáneo, no estudié ningún libreto porque si la primera vez que vine a declarar acá hubiera estudiado un libreto de memoria, no habría contradicciones", señaló.

Se prevé que el juicio oral se prolongue durante seis y ocho meses y que atestigüen ante el tribunal unas 340 personas.

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