Felipe VI fija como prioridades la lucha contra el desempleo y la corrupción

  • El rey Felipe VI pidió hoy luchar contra el desempleo como la principal prioridad en España y emprender una "profunda regeneración" en la que el combate contra la corrupción sea un "objetivo irrenunciable".

Madrid, 24 dic.- El rey Felipe VI pidió hoy luchar contra el desempleo como la principal prioridad en España y emprender una "profunda regeneración" en la que el combate contra la corrupción sea un "objetivo irrenunciable".

Felipe de Borbón pronunció hoy su primer discurso de Navidad después de que el 19 de junio pasado fuera proclamado rey en sustitución de su padre, Juan Carlos I, quien había anunciado su abdicación el 2 de junio.

En el mensaje, retransmitido por la principales cadenas de televisión del país, el monarca aludió también a la situación en Cataluña, donde las formaciones nacionalistas promueven el soberanismo, para afirmar que le preocupa que se produzca una "fractura emocional" y reclamar respeto a la Constitución, que garantiza la convivencia y la pluralidad.

El discurso navideño de Felipe VI era muy esperado, no sólo porque es el primero de su reinado, sino también porque llega dos días después de saberse que su hermana Cristina, infanta de España, tendrá que responder ante un tribunal por haber cometido supuestamente dos delitos fiscales en un caso en el que su marido, Iñaki Urdangarin, será juzgado por corrupción.

Sin aludir expresamente a este asunto, Felipe VI dijo que el hecho de que los responsables de "conductas irregulares" estén "respondiendo de ellas" es una prueba del funcionamiento del Estado de Derecho.

La afirmación llega también después de un año en el que ha habido en España diferentes casos de corrupción que hacen que ese fenómeno sea el segundo problema para los españoles, después del desempleo, según reflejan las últimas encuestas de opinión difundidas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

"La gran mayoría de servidores públicos desempeñan sus tareas con honradez y voluntad de servir a los intereses generales", afirmó el rey antes de precisar que también es necesario evitar que esas conductas irregulares "echen raíces en nuestra sociedad y se puedan reproducir en el futuro".

Los ciudadanos necesitan estar seguros de que "el dinero público se administra para los fines legalmente previstos, que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública, que desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen en el mundo", subrayó.

Otro de los ejes del discurso de Felipe VI fue la crisis económica, cuya "dureza y duración produce incertidumbre" y es un motivo de "grave preocupación", aunque apuntó que las principales magnitudes macroeconómicas mejoran y se está recuperando el crecimiento económico y el empleo.

Queda el problema del desempleo, que a finales de septiembre afectaba al 23,67 por ciento de la población activa, un índice "inaceptable", en palabras del monarca, que abogó por convertir la creación de empleo en una gran prioridad, de modo que "la economía esté al servicio de las personas".

Habló asimismo de Cataluña, donde los nacionalistas impulsan un movimiento soberanista y donde el pasado 9 de noviembre hubo una votación informal e ilegal en la que participaron 2,3 millones de personas, con un ochenta por ciento de esos participantes favorables al independentismo.

A este respecto, Felipe VI recordó que la Constitución proclama la unidad política de España, junto al derecho de todos al respeto a la cultura, lengua e instituciones de cada uno.

Tras subrayar la aportación histórica de Cataluña a la estabilidad política y progreso económico de España, el rey hizo hincapié en que "todos nos necesitamos" y apuntó que "la suma de nuestras diferencias, que debemos comprender y respetar, hace de España una nación con una fuerza única".

Felipe de Borbón, que lleva seis meses como jefe del Estado, quiso también transmitir un mensaje de esperanza al asegurar que, para superar las dificultades, "no partimos de cero. Somos una democracia consolidada, una nación apreciada en el mundo con profunda vocación universal. Hoy, más que nunca, somos parte fundamental de un proyecto europeo".

Una sala del Palacio de la Zarzuela con ventanales sobre los jardines y un ambiente de hogar familiar ha sustituido este año al salón de audiencias como escenario de un mensaje que ha durado doce minutos y 38 segundos y en el que el Rey se ha dirigido a los ciudadanos acompañado por la bandera de España y varias simbólicas fotos junto a su esposa, la reina Letizia, sus padres y sus hijas.

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