Así se extenderá el virus 

Fiestas, San Isidro y playa: los expertos prevén más casos pero menos muertos

El fin del estado de alarma ha generado un 'repunte' de las escapadas este fin de semana, mientras los médicos especializados en Medicina Preventiva y Salud Pública piden prudencia.

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Fiestas, San Isidro y playa: los expertos prevén más casos pero menos muertos. 
Efe

Se levanta el estado de alarma, siguen las vacunaciones y llega el buen tiempo. Tres ingredientes para la relajación social y, como consecuencia, un escenario que da pie a desplazamientos masivos a destinos turísticos que han dejado imágenes de tráfico intenso en las salidas de la capital española. La DGT registraba este viernes una subida del 40% en el volumen de la circulación en la salida de Madrid, un repunte favorecido por el fin del cierre perimetral pero también por la celebración del patrono madrileño, San Isidro.   Después de las imágenes polémicas de cientos de jóvenes haciendo botellón en Madrid y Barcelona la madrugada del 9 de mayo, aún está por ver la repercusión de dichos eventos sociales a una semana vista. Además, a esa incidencia, podría sumarse la generada por la 'desbandada' vacacional de este fin de semana, pero los expertos se alejan del alarmismo.

Como llevan advirtiendo médicos especializados en Medicina Preventiva y Salud Pública, si las actividades se desarrollan al aire libre, con distancia, entre convivientes y con mascarilla no tiene que haber ningún problema. "Pero conviene maximizar las actividades seguras, porque nunca sabes qué boleto estás comprando cuando has tenido un contacto de riesgo", asegura Mario Fontán, residente de Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid.

Defiende que conviene "reportar un beneficio psicológico" a la población después de un año de estado de alarma, ya que con el ritmo de vacunación "la gente necesita señales de que estamos dando pasos, aunque eso sí,  ninguno en falso". Unos pasos que se traducen en una mayor flexibilidad en las medidas, pero que también implican responsabilidad y prudencia, sobre todo para aquellos que aún no han sido vacunados. "El virus sigue ahí, y por muy joven que se seas hay que ser consciente. Yo tengo 28 años y estuve ingresado en un hospital", asegura Fontán. La juventud está en el foco de la preocupación después de las congregaciones en masa, sin distancia ni mascarilla, registradas el pasado fin de semana. Aunque la "barra de medir" sanitaria siempre será la presión hospitalaria. Y aún está por ver si el posible repunte de incidencia se traslada a las plantas de hospital. 

Así lo afirma Jesús Molina, secretario de la Sociedad de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), quien advierte que, aunque el panorama epidemiológico sigue teniendo una incidencia alta, el contexto actual de una vacunación en avance, con los grupos vulnerables más seguros, abre un nuevo escenario: "El tema esta si realmente vamos a detectar esa incidencia o no vamos a detectarla". Según Molina, aunque el repunte sea esperable por las concentraciones que ya ha habido y habrá a lo largo del fin de semana, "el impacto no será tanto". Prevé que mucha gente no consultará un posible PCR por no tener la misma sensación de riesgo que antes. Al final, podría relajarse la conciencia de propagación "al haber familiares que ya están protegidos".  

Explica que los jóvenes podrían resultar asintomáticos o que, en caso de coger Covid, la sintomatología sería más leve. La incidencia, igualmente, ascendería, aunque sería susceptible de no ser detectada. Y la mortalidad no se acompañaría con esas cifras, porque se ha acotado el riesgo en las edades avanzadas. "La edad media de hospitalizaciones se rebaja entonces pero aún así, desarrollar neumonía no es agradable y pueden darse cuadros preocupantes", concluye Molina. Su opinión es que, dada la respuesta social,  el Gobierno debería haber hecho algún tipo de medida para restringir las libertades, porque "no se puede pasar de un día a la restricción al otro de movilidad".

Espera que esa incidencia se traduzca en casos leves o asintomáticos, y que no haya un retroceso. Pero, si las medidas sanitarias no se cumplieran, podría crecer la presión hospitalaria, algo que se traduciría en un nuevo estado de alarma.  " Al final lo que se quiere es salvar a toda costa es la campaña de verano. Me parece que se está mirando a otro lado", puntualiza. Con las vacunas y las nuevas medidas más flexibles, la incidencia juega con más variables que antes para pronosticar escenarios. Pero, como explica Fontán "cualquier nivel de transmisión que genere casos que ocupen atención primaria o incrementos de hospitalizaciones con los niveles actuales va en detrimento de otras patologías. Las cifras actuales siguen sin ser buenas y hay que evitar lo que pueda incrementar las cifras actuales". Por tanto, cabe implementar  los entornos seguros hasta que haya una circunstancia de seguridad más extendida. Playas sí, pero con seguridad. 

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