Fragmentación de Al Qaeda hace más difícil protegerse de ella, según expertos

  • La amplitud de la alerta terrorista que ha llevado a EE.UU. a cerrar una veintena de sus embajadas y consulados en el mundo musulmán muestra lo difícil que resulta protegerse de posibles ataques de una Al Qaeda fragmentada y dispersa como la actual, según coinciden los expertos.

Miriam Burgués

Washington, 5 ago.- La amplitud de la alerta terrorista que ha llevado a EE.UU. a cerrar una veintena de sus embajadas y consulados en el mundo musulmán muestra lo difícil que resulta protegerse de posibles ataques de una Al Qaeda fragmentada y dispersa como la actual, según coinciden los expertos.

"El problema que enfrentamos hoy es que probablemente hay más células de Al Qaeda y sus afiliadas en todo el mundo árabe que nunca antes debido al caos que siguió a la Primavera Árabe", explicó Bruce Riedel, analista del Instituto Brookings, al diario The Wall Street Journal.

Seth Jones, experto en terrorismo de Rand Corporation, indicó por su parte a The New York Times que en la actualidad EE.UU. "tiene que hacer frente a una serie de grupos terroristas en varios continentes que generalmente no se coordinan entre sí".

En la misma línea, el exsecretario de Seguridad Nacional Michael Chertoff, que sirvió en el Gobierno de George W. Bush, anotó a la cadena ABC que una Al Qaeda "dispersa" como la actual es "más peligrosa" porque tiene "un campo de batalla más amplio", desde África occidental al sur de Asia.

El propio portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, admitió hoy que aunque el "corazón" de Al Qaeda, concentrado tradicionalmente en Pakistán y Afganistán, "ha sido reducido", afiliadas como Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), con sede en Yemen, "se han fortalecido".

La amenaza que ha disparado las alertas está vinculada precisamente a AQAP y fue descubierta gracias a la interceptación por parte de la inteligencia estadounidense de comunicaciones electrónicas entre dirigentes de la red terrorista.

A esa organización atribuyó EE.UU. el intento frustrado del joven nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab de volar un avión en ruta desde Amsterdam a Detroit en la Navidad de 2009 con explosivos que llevaba ocultos en su ropa interior.

Una de las mayores preocupaciones para EE.UU. es un ciudadano saudí de AQAP llamado Ibrahim al-Asiri, experto en explosivos y cerebro de la experimentación para diseñar nuevas bombas.

En 2012 Estados Unidos realizó más de 40 ataques con misiles y aviones no tripulados, conocidos como drones, contra supuestos objetivos de AQAP en Yemen, entre ellos al-Asiri, y este año ya van en torno a una docena.

La semana pasada el mandatario yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, visitó en la Casa Blanca al presidente Barack Obama y ambos acordaron fortalecer la cooperación bilateral antiterrorista y en particular contra AQAP.

Según sostuvo Riedel en un reciente artículo, en los últimos años Obama "ha logrado avances considerables" en el desmantelamiento del núcleo dirigente de Al Qaeda en Pakistán con la muerte de su máximo líder, Osama Bin Laden, y de muchos de sus principales lugartenientes.

Pero Al Qaeda en Pakistán "está incrustado en una profunda red de grupos de apoyo", incluidos los talibanes, y la prevista retirada de las tropas de la OTAN del vecino Afganistán a finales de 2014 puede dar a la red una oportunidad de "regeneración", advirtió Riedel.

Mientras, Al Qaeda ya se ha regenerado en Irak, con ataques terroristas que mataron solo en julio a más de 500 personas, ha extendido sus tentáculos hacia Siria y ha comenzado a tener influencia en el Líbano.

En mayo pasado, Obama llamó a "terminar la tarea de derrotar a Al Qaeda y sus fuerzas asociadas", en un discurso sobre sus políticas para la lucha antiterrorista.

Al Qaeda y sus afiliados "intentan hacerse un hueco en algunos de los lugares más apartados e implacables de la Tierra", alertó entonces.

Según dijo el presidente, pese a que Osama Bin Laden "está muerto", Estados Unidos "sigue estando amenazado por terroristas".

"Las amenazas a las instalaciones diplomáticas y las empresas en el extranjero. Extremistas de cosecha propia. Ese es el futuro del terrorismo", apuntó Obama al recordar el ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi (Libia) del 11 de septiembre de 2012, en el que murieron el embajador Chris Stevens y otras tres personas.

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