Saná, 20 sep.- Combatientes del movimiento chií de los hutíes irrumpieron hoy en la sede de la televisión oficial yemení en Saná, en cuatro de cuyos barrios las autoridades decretaron el toque de queda por la violencia.
Fuentes de seguridad informaron a Efe de que los rebeldes entraron en el complejo de la televisión, en el barrio de Al Yaraf, tras la retirada de las fuerzas que custodiaban el edificio, blanco de bombardeos desde el pasado jueves.
Las fuerzas de seguridad abandonaron sus posiciones debido al fuerte bombardeo lanzado por los rebeldes contra la televisión, que cortó su emisión y que ha resultado parcialmente incendiada.
Ante la escalada de la crisis en Saná, la Comisión Suprema de Seguridad impuso un toque de queda nocturno en cuatro barrios de la capital afectados por los combates.
Esta medida de excepción estará vigente durante nueve horas y entró en vigor a las 21.00 horas local (18.00 GMT) de hoy.
Más de una decena de personas murieron hoy en los bombardeos y los combates entre el ejército yemení y los hutíes en Saná,
Los enfrentamientos se extendieron además en esta jornada a las proximidades del Ministerio del Interior, situado en el distrito de Al Hasaba.
Otro punto de combates es el cuartel de la Sexta Región Militar, el más importante de Saná, cuyo control los hutíes intentan tomar desde ayer.
La crisis ha causado la suspensión de las clases en la Universidad de Saná y en otros cuatro centros privados cercanos, mientras que las escuelas permanecerán cerradas a partir de mañana y hasta nuevo aviso.
Decenas de familias se han visto obligadas también a abandonar sus hogares y han huido a otras zonas más seguras en la capital o a otras poblaciones.
El enviado de la ONU para Yemen, Yamal Benomar, que pidió ayer un alto el fuego "inmediato", mantuvo hoy una reunión con el presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, para impulsar un acuerdo que ponga fin al conflicto.
Los hutíes exigen la formación de un nuevo Gobierno, y la restauración de los subsidios a los combustibles, aunque para las autoridades estas demandas son solo una tapadera a sus intentos por obtener más poder.
El propio Hadi denunció ayer que la ofensiva de los últimos días demuestra que los hutíes quieren "derrocar al Estado".
Tras alzarse en armas en 2004, los insurgentes chiíes controlan desde 2010 la provincia septentrional de Saada y tratan desde hace meses de ampliar las zonas bajo su dominio.
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