El Gobierno descarta por el momento aplicar un confinamiento en España pese al fuerte incremento de casos de las últimas semanas y centra toda la lucha contra la tercera ola del virus en tener vacunada al 70% de la población española este verano. Así lo señaló el ministro de Sanidad, Salvador Illa, este sábado, si bien se abrió a considerar la aplicación de medidas más restrictivas de las que contempla el estado de alarma si algunas comunidades autónomas lo piden, siempre dentro del diálogo y la Conferencia Sectorial de Sanidad. El ministro ha recordado que el horario que se marca en el estado de alarma para el toque de queda es de diez de la noche a siete de la mañana, frente a los adelantos a las ocho de la tarde de algunas comunidades.
Las explicaciones de Salvador Illa salen al paso de las reclamaciones para tomar medidas más duras que se han lanzado desde comunidades como Castilla y León, Andalucía, Murcia o el País Vasco, entre otros. Todo ello además de las recomendaciones lanzadas por los expertos en epidemiología para frenar la elevada tasa diaria de contagios mediante un confinamiento corto, de quince días, pero efectivo. Illa reconoce lo "preocupante" de la escalada de los datos -"como ya habíamos previsto", dice-, pero aseguró que hay margen en el modelo actual para doblegar esta ola, como se hizo con la anterior.
El ministro se mantuvo en la posición oficial del Gobierno de no confinar en los domicilios españoles por el momento, con la seguridad de que se pueden tomar medidas para doblegar la tercera ola y, sobre todo, porque la campaña de vacunación ha alcanzado ya la velocidad de crucero y, pese a los retrasos en algunas vacunas como la de Pfizer, "tendremos más vacunados que contagiados cuando llegue el verano", aseguro el titular de Sanidad. "Si hay que revisar las medidas porque así lo piden algunos presidentes autonómicos, lo podemos ver, pero tendrá que ser hablando con todos", explicó el ministro.
El responsable de la lucha contra el coronavirus confirmó la intención del proveedor Pfizer Biontech de retrasar el envío semanal de vacunas ahora, para poder recomponer su planta productiva y ampliar capacidad, algo por lo que ayer mismo se celebró una reunión de urgencia en el Gobierno español. Illa reveló que se vigilará ese proceso para asegurar que el total de vacunas comprometidas a medio plazo (primer semestre) se completará según lo previsto. En cualquier caso, aseguró que los ajustes de reparto realizados sobre las vacunas que van a llegar este lunes garantizan que se podrá aplicar la segunda dosis de la vacuna sin problemas en las residencias y el personal sanitario de primera línea que ya recibieron la primera parte.
El Gobierno anunciará la próxima semana quiénes serán los grupos de población que entrarán en la campaña de vacunación tras terminar la primera fase, con la seguridad de que una vez alcanzado el "nivel óptimo", el objetivo primordial es incrementar en todo lo que se pueda el número de españoles con el antídoto puesto. Illa anunció que ya se han puesto en España el 70% de las vacunas que han llegado, unas 1,159 millones de dosis. El otro paso a dar en las próximas semana pasa por entregar parte de las vacunas españolas a Andorra, tal y como se había previsto y para lo que se están ultimando los convenios jurídicos preceptivos.
El virus antes que Cataluña
El ministro no pudo evitar las preguntas sobre el aplazamiento de las elecciones en Cataluña al mes de mayo, en las que él se presenta como candidato del PSC. Frente a la polémica creada y a la oposición de su partido a una prórroga tan amplia, el titular de Sanidad quiso dejar muy claro que toda su ocupación en estos momentos es la lucha contra el virus, con lo que se descarta su sustitución en el cargo por el momento.
La preocupación por los incrementos de contagios y muertes de los últimos días, especialmente en Cataluña, ha sido aprovechada por los partidos de la oposición para frenar el 'efecto Illa' como candidato que buscaban los socialistas catalanes. Lejos de generar más polémica, el ministro ha sido muy claro en su primera intervención pública tras la prórroga decidida por la Generalitat, y todo apunta a que su estrategia en estos momentos pasa por seguir acumulando 'logros' en su gestión de la pandemia para capitalizarlos después en la campaña electoral.
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