Independentistas catalanes marchan el viernes por "un nuevo país" fuera de España

  • Rumbo a la independencia de Cataluña: los separatistas marcharán masivamente el viernes en Barcelona para lanzar la campaña de las elecciones regionales del día 27, presentadas por estos como un plebiscito sobre la secesión de España.

Los últimos sondeos predicen una mayoría absoluta en escaños para las dos listas independentistas, pero no en votos.

Juntas, obtendrían una mayoría absoluta de los diputados del parlamento regional (68 sobre 135), suficientes según el presidente catalán, el independentista Artur Mas, para lanzar su proceso.

Su plan prevé proclamar en un máximo de 18 meses la independencia de esta potente región del noreste de España, que representa una quinta parte del PIB de la cuarta economía de la zona euro.

Por ello se inquietan todos aquellos que, entre sus 7,5 millones de habitantes, se sienten a la vez españoles y catalanes y temen encontrarse detrás de una nueva frontera.

El debate divide a familias y trasciende las corrientes ideológicas. Las listas independentistas - Junts pel sí (Juntos por el sí) y la CUP (Candidatura de Unidad Popular) - van del centroderecha a la extrema izquierda.

Los comicios del 27 de septiembre llegan tras tres años de tensión entre el ejecutivo conservador español de Mariano Rajoy y el gobierno catalán dirigido por Mas.

Este nacionalista conservador reclama, como una amplia mayoría de los catalanes, el derecho a la autodeterminación, inspirándose en los referéndums de Quebec (1980, 1995) o Escocia (2014) que se saldaron con victorias del "no".

"En vuestras manos está la fuerza y la herramienta que marcará el futuro político de esta nación: el voto", proclamó Artur Mas el jueves por la noche en un solemne discurso, horas antes del inicio de la campaña electoral.

El inicio de la campaña coincide este año con el 11 de septiembre, el día nacional de Cataluña o "Diada", y con la gigantesca manifestación pro independencia.

Tras la primera de estas movilizaciones, en 2012, que congregó a más de un millón de personas, Mas se sumó al potente movimiento independentista que conquistaba la región.

"Ningún representante institucional, ningún demócrata, puede obviar este clamor pacífico y tiene la responsabilidad de encontrar la forma para que pueda expresarse democráticamente", dijo Mas.

En repetidas ocasiones, Rajoy ha defendido que "corresponde a los españoles decidir qué quieren que sea España".

No obstante, el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García-Margallo, abrió el jueves la puerta a dialogar una reforma constitucional y una mejor financiación para Cataluña tras las elecciones.

Los independentistas llegan con ímpetu tras aparcar de momento sus diferencias ideológicas y conseguir el apoyo de las influyentes asociaciones civiles por la secesión así como de muchas personalidades de la región.

Entre ellos, el exentrenador del Barcelona Pep Guardiola (2008-2012), que ocupa un simbólico último puesto de la candidatura, destaca "la oportunidad de construir un nuevo país de cero", "más justo y más próspero".

La aparente unidad del independentismo contrasta con la dispersión del otro bando.

Los conservadores del Partido Popular (PP) de Rajoy defienden el statu quo y aseguran que la región "necesita un gobierno que se ocupe de los problemas reales de la gente". Ciudadanos, el nuevo partido de centroderecha y segundo en las encuestas, mantiene una posición similar.

En la izquierda, los socialistas, en una posición más intermedia, prometen una reforma constitucional para dar más autonomía a Cataluña y los antiliberales Podemos se muestran favorables a un referéndum.

Hace apenas cinco años, solo un 20% de los catalanes quería la secesión. Pero la crisis y los recortes hicieron despertar rencores en esta región.

Cataluña se sintió traicionada cuando el Tribunal Constitucional, recurrido por los conservadores, la privó de su estatus de nación y de una mayor autonomía contemplada en un estatuto regional aprobado en referéndum en 2006.

La negativa de Rajoy a negociar una autonomía fiscal en 2012 crispó todavía más los ánimos. "Gente que nunca habíamos sido nacionalistas ni independentistas, nos planteamos votar que +sí+, simplemente para conseguir un federalismo real, mejor democracia", dijo el sábado la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, de la izquierda alternativa.

A pocas semanas de las elecciones, el clima político es tenso. El exjefe de gobierno socialista Felipe González comparó las técnicas de Mas a "la aventura alemana e italiana de los años 1930".

Mas reaccionó con una carta "a los españoles" denunciando los "insultos, maltratos y amenazas" del Estado.

"Una independencia sería insostenible desde un punto de vista económico (...) no solo en Cataluña, sería terrible en el resto de España", advirtió el lunes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Según los analistas, esta incertidumbre hizo subir la prima de riesgo española, que superó a la italiana (146 puntos contra 122).

En Europa, Rajoy recibió el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel y del primer ministro británico David Cameron, quien aseguró que una Cataluña independiente saldría de la UE.

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