La codiciada Castilla-La Mancha

  • El PSOE y el PP afinan sus estrategias y mantienen fija la lente en Castilla-La Mancha como el codiciado símbolo electoral que el primero aspira a mantener y el segundo a conquistar
EFE

A un mes de los comicios autonómicos y municipales de mayo, el PSOE y el PP afinan sus estrategias y mantienen fija la lente en Castilla-La Mancha como el codiciado símbolo electoral que uno aspira a mantener y otro a conquistar, y que puede servir como termómetro de las generales del próximo año.

Habrá que esperar todavía un mes para conocer el desenlace del 22-M, pero en el PP creen que será un adelanto de lo que votarán los ciudadanos el año que viene, en tanto que en el PSOE puede servir para que los hipotéticos candidatos a suceder a Zapatero como cartel electoral evalúen sus fuerzas antes de las primarias.

Ninguno de los dos partidos olvida la trascendencia de estos comicios a sólo diez meses de las generales y por eso han puesto en juego a sus principales pesos pesados, con el fin de reforzar sus mensajes y a sus candidatos.

Tras anunciar el pasado día 2 que no optará a un tercer mandato como presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero se ha zambullido de lleno en la precampaña y ya ha pasado por Murcia, Alcalá de Henares (Madrid) y Albacete.

El líder del PP, Mariano Rajoy, no se ha quedado corto y con su zurrón cargado de encuestas propicias para su partido ha recorrido ciudades como Zaragoza, León y Santa Cruz de Tenerife, y también se ha desplazado por varios municipios castellanomanchegos.

La clave manchega

De hecho, Castilla-La Mancha se ha convertido en un símbolo para ese partido, al interpretar que una victoria en ese territorio, en manos socialistas durante toda la democracia, sería el espaldarazo definitivo para el triunfo que espera cosechar en las generales.

El PSOE, por su parte, quiere conservar a toda costa su feudo, no se asusta ante los apretados resultados que dan las encuestas y admite que la mayoría absoluta en la región puede depender de un puñado de votos y de uno o tres diputados.

Tanto PSOE como PP presentan un número muy similar de candidaturas electorales (unas 7.600 los primeros frente a las 7.500 de los segundos), teniendo en cuenta que el número final de concejales puede ser determinante para traducir los resultados como un éxito.

En las autonómicas y locales de 2007, el PP superó en votos al PSOE, pero los socialistas consiguieron un mayor número de concejales.

A medida que se acerca la fecha de las elecciones, los dos principales partidos han optado por la prudencia, han moderado sus discursos y han coincidido en ocultar los sondeos internos que poseen sobre los distintos territorios para no dar pistas al adversario.

Estas encuestas les sirven en todo caso para afinar sus tácticas electorales en función del territorio y del resultado, aclara un portavoz de la dirección federal del PSOE.

De entrada, la estrategia de socialistas y populares difiere radicalmente, porque los primeros tratan de que sólo se hable de municipios y autonomías, en tanto que los segundos no ocultan su interés en convertir esas elecciones en antesala de las generales.

El anuncio de Zapatero

Hace veinte días, sin embargo, el PP se quedó sin uno de sus principales cartuchos para esa batalla, después de que Zapatero comunicara que no volverá a presentarse a las generales.

Un anuncio que los socialistas creen que ha pillado al PP "con el pie cambiado" y que ha servido al PSOE para tomar aire y volver a entrar de nuevo en el juego, después de unas semanas anteriores en las que el desánimo se había apoderado de sus filas.

El PP ha adelantado ya el lema de su campaña, "Centrados en ti", que tendrá un carácter "nacional", convencidos de que el 22 de mayo será un "primer paso" que evidenciará las ansias y el "clamor por el cambio" que existe en todo el país.

Aunque la comunidad castellanomanchega gravita en las estrategias del PSOE y del PP, ninguno quiere dar por perdidas otras batallas.

Por ejemplo, los socialistas no descartan hacerse con la Comunidad de Madrid si Esperanza Aguirre pierde la mayoría absoluta, y el PP tiene en mente Baleares, donde podría gobernar sin mayoría absoluta pero con los apoyos puntuales de la Liga Regionalista Balear.

En clave municipal, el PSOE podría perder otro de sus feudos, la ciudad de Barcelona, donde los pronósticos le dan la Alcaldía a CiU, y lucha contra viento y marea para mantener Sevilla o San Sebastián.

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