La crisis navarra amenaza a Rubalcaba ante el horizonte de las europeas

  • Laura Ramos.

Laura Ramos.

Madrid, 14 feb.- La crisis navarra aparece ante Rubalcaba en el inoportuno momento en que las encuestas le permitían levantar cabeza y mirar con optimismo el horizonte de las europeas, en el que la imagen de un pacto PSOE-Bildu no hace más que perjudicarle.

Aunque lleva callado tres días, es fácil imaginar su indignación al ver cómo en cuestión de horas se dejaba de hablar de un grave caso de corrupción y el foco mediático se dirigía a los socialistas.

Es posible que Roberto Jiménez, líder del PSN, no contara todo su plan a la dirección federal, pero eso no repara el daño, agravado por declaraciones como las de Eduardo Madina, que no evitó ponerse del lado de los navarros.

Retado por Jiménez -apoyo de Chacón en el Congreso de Sevilla-, al que desde Madrid reprochan el ultimátum del miércoles, Rubalcaba ha enviado hasta el momento dos mensajes: que el PSOE no pacta con Bildu y que hay que esperar a la comisión de investigación del Parlamento de Navarra.

El primero, por boca de su número dos, Elena Valenciano, terminó en enfrentamiento directo con Jiménez -el Partido Socialista en Navarra soy yo, le contestó-, mientras que el segundo, el llamamiento a centrarse en la corrupción que se encargó de hacer ayer la portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, ha sido hoy reforzado desde Ferraz.

"Lo que se está ventilando es corrupción sí o corrupción no; Barcina sí o no; la pelota está en su tejado", ha remachado en rueda de prensa el secretario de Política Autonómica, Antonio Hernando.

La salvedad es que, según la legislación navarra, el 31 de marzo es el plazo límite para convocar elecciones anticipadas y, si no se convocan antes, el Gobierno de UPN podría gobernar con una cierta estabilidad hasta mayo de 2015, fecha en que Navarra y España habrían salido ya de la crisis.

Así que, si Barcina no convoca elecciones y el PSN lleva a efecto la moción de censura, Rubalcaba tendrá que conseguir que el electorado no vincule las siglas del PSOE con las de Bildu.

Su empeño será que se entienda que una cosa es pactar y otra que los socialistas presenten la moción y a la hora de votar Bildu se ponga de su lado, como ha ocurrido alguna vez en el Congreso cuando el PP y Amaiur han votado lo mismo.

Además, el contraataque pasaría por retratar al PP en la encrucijada de apoyar la moción o apoyar la corrupción.

Con el horizonte de las europeas del 25 de mayo, la crisis navarra amenaza la campaña; ya se verá si hasta el punto de que los dos comicios coincidan y a quién arrastra en mayor grado.

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