La infanta a su padre, después de que le pidiera que renunciara a sus derechos: "tomo nota"


La infanta Cristina respondió con un "tomo nota" a su padre, el rey Juan Carlos I, después de que éste le pidiera que renunciara a sus derechos sucesorios por su implicación en el 'caso Nóos', según explicó este martes el periodista Fernando Ónega durante la presentación en Madrid del libro ‘Juan Carlos I, el hombre que pudo reinar’, en el que recoge el primer testimonio del Monarca tras su abdicación.
Onega afirmó que es don Juan Carlos quien decide pedirle a su hija que, “por el bien de la institución, a tenor del daño causado, renuncie a sus derechos sucesorios”. Para ello, según Ónega, envió a Denver (EEUU), donde se encontraba la Infanta, a dos emisarios, Fernando Almansa, diplomático que fue jefe de la Casa Real entre 1993 y 2002, y un directivo de Telefónica, que recibieron por respuesta un "tomo nota, en lugar de una respuesta afirmativa”. A partir de ese momento, Juan Carlos I, “que no Felipe VI, como se ha dicho, toma la decisión de apartar a su hija de todo lo relacionado con la Casa del Rey”.
El periodista subrayó que el proceso de abdcación se empezó a gestar “en marzo de 2013 cuando el Rey le dice al entonces jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, que empiece a estudiar la forma de iniciar el relevo en la Corona. Un año después el Rey se lo comunica a Rajoy en la capilla ardiente de Adolfo Suárez. Posteriormente se lo comunica a Rubalcaba, quien se ve obligado a retrasar su salida de la Secretaria General del PSOE para garantizar el apoyo de su grupo parlamentario a la sucesión. En el Gobierno, la redacción de la Ley de Abdicación lo dirige Sáenz de Santamaría y su subsecretario, Pérez Renovales. Cuando la noticia se comienza a filtrar, el propio Rubalcaba decide, en una reunión en La Zarzuela a la que asisten el propio Rubalcaba, Rajoy, el futuro Felipe VI y el Rey, ante el hecho de que la noticia ya ha llegado a oídos de María Teresa Fernández de la Vega y de Jaime Zarzalejos, que la fecha en la que se comunique la noticia sea el 2 de junio, en lugar del día 9 de ese mes, en que estaba previsto”.
A su vez, Ónega reconoció que durante su encuentro con el Rey ha conocido tanto a la “persona, que destaca por su campechanería, como al Monarca, que se caracteriza por ser un hombre de Estado”. Por esa razón, admitió que le “entristece que Juan Carlos I pueda pasar a la historia como el hombre de la cacería de elefantes en Botswana, en lugar de cómo quien hizo posible que España pudiera ser un país democrático”.
RELACIONES CON EL GOBIERNO
Por otra parte, en cuanto a la relación que tuvo con los sucesivos gobiernos que ha conocido España durante su reinado, Ónega definió como “muy bueno” su entendimiento con Suárez; “breve” la que tuvo con Leopoldo Calvo-Sotelo; “magnífica, hasta el punto de ser la persona que más le visita en Zarzuela”, la relación con Felipe González, “fría”, con José María Aznar; “simpática”, con José Luis Rodríguez Zapatero; y de “cierto abandono, por no ser consultado en el nombramiento de algunos embajadores”, la que mantuvo con Mariano Rajoy.
El Rey, según Ónega, guarda “un gran respeto y admiración” hacia la figura del que fuera secretario general del PCE, Santiago Carrillo, “la única persona a la que ha tratado de usted”, por su “generosidad para renunciar a sus creencias y símbolos en aras de la concordia democrática”, y agradece al “PSOE el haber posibilitado que en España hubiera un gobierno de izquierdas bajo el paraguas de una monarquía”.
Por último, preguntado sobre el auge de partidos como Podemos, el periodista gallego afirmó que “esto es una opinión personal, pero veo muchas similitudes entre el Pablo Iglesias actual y el Felipe González de Suresnes. Luego, éste renunció a los principios marxistas y se ha convertido en lo que es hoy después de haber formado parte del sistema. Veremos qué pasa con Iglesias".

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