"Si los que nos prestan el dinero están más tranquilos con nuestra sede fuera de Barcelona, no tenemos más opción". Ese es el motivo por el que no regresa a la Ciudad Condal una de las multinacionales que hace un año decidió trasladar su sede fuera de Cataluña ante la amenaza secesionista.
La inseguridad jurídica generada por el desafío independentista ha provocado que cerca de 4.000 empresas hayan abandonado Cataluña desde el referéndum del 1 de octubre hasta la llegada a la presidencia de la Generalitat de Quim Torra el pasado mayo, según los registros mercantiles de la comunidad.
En las primeras semanas posteriores a la consulta fueron las empresas del Ibex las que abandonaron Cataluña, pero el goteo no ha parado desde entonces y solo en el segundo trimestre de este año casi 600 sociedades de todos los tamaños cambiaron su sede, un 234% más que en el mismo periodo de 2017, según datos de Informa D&B.
Los datos, tras doce meses, evidencian que el contexto no ha cambiado, y más cuando ayer cientos de miles de personas llenaron la Avenida Diagonal para lanzar, de nuevo, un mensaje a favor de la independencia. Una Diada que, casualidad o no, pasó por delante de la que, hasta el pasado otoño, era la sede social de CaixaBank, desde entonces, en Valencia.
Precisamente, las entidades financieras catalanas, la citada Caixa y Sabadell, son las más presionadas para dar marcha atrás a ese movimiento corporativo. En las últimas semanas, la Generalitat ha iniciado un "contacto permanente" para revertir el traslado de sede, según adelantó La Información. Una estrategia liderada Pere Aragonès, vicepresidente del Govern y consejero de Economía y Hacienda que, al menos de momento, no tiene visos de plasmarse. "Mientras exista la presión de los inversores a que estemos fuera, no podemos volver", recalcan las citadas fuentes.
Sólo un cambio, de momento
En esta misma línea se pronunció hace sólo unos días el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar. "Creo que en las mismas circunstancias, si tuviéramos que volver a adoptar esta decisión, lo volveríamos a hacer", reconoció en una comparecencia en el Congreso de los Diputados, que estaba planteada para tratar la aún reciente crisis financiera.
Gortazar, en su explicación, dejó claro el porqué de las reticencias de las entidades financieras a revertir el traslado de sede. "La importancia de la confianza y la estabilidad es crítica para la banca", recalcó.
Hasta ahora, sólo una empresa, Sociedad General de Aguas de Barcelona (Agbar), matriz de Aguas de Barcelona, ha decidido volver a Barcelona al percibir estabilidad financiera. En este caso no se trata de una compañía directamente expuesta a los mercados internacionales, al ser filial del grupo francés Suez Environment.
"La Diada es relevante por la imagen internacional que proyecta, la de miles de personas en la calle, pero para nosotros tienen el mismo peso los discursos de Quim Torra [presidente de la Generalitat], que no ha bajado la tensión en cuanto a su voluntad independentista", indican desde otra compañía que, de nuevo, prefiere no desvelar su nombre. Si se rebaja la tensión, o los inversores internacionales no la perciben, el regreso de las sedes sociales podría volver a estar sobre la mesa.
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