El líder del asalto a la embajada de Corea del Norte en Madrid contactó con el FBI

  • Les ofreció información e imágenes del asalto. El grupo logró acceder al interior identificándose como miembros de una asociación de Derechos Humanos.
Embajada de Corea del Norte
Embajada de Corea del Norte
EFE

El asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid el pasado 22 de febrero se llevó a cabo por un grupo de personas a cuyo frente se encontraba Adrián Hong Chang, ciudadano de México y residente de Estados Unidos el cual, días después del asedio, contactó con el FBI para ofrecerle información e imágenes del mismo. De acuerdo con el relato del magistrado de la Audiencia Nacional al frente de la investigación, José de la Mata, los asaltantes lograron entrar al edificio tras identificarse como miembros de una asociación de Derechos Humanos para la liberación de Corea del Norte.

Tras levantar el secreto de sumario, el instructor relata no solo los pormenores del asalto sino también los preparativos del mismo. De esta forma desvela las incógnitas del feroz asalto que tuvo lugar en febrero y explica que los acusados-muchos de ellos naturales de Corea del Sur- aterrizaron en la capital días antes del asedio con el fin de concretar el allanamiento. Para ello alquilaron coches y compraron en varias ferreterías material de combate como cinco fundas de pistola de extracción rápida, cuatro cuchillos de combate, seis pistolas HK, una sobaquera, además de gafas, linternas y grilletes. Entre esos días otro de los acusados adquirió además varios desencofradores y más de una treintena de rollos de cinta.

El líder de este grupo entró en España 20 días antes del asalto y lo hizo procedente de Nueva York. Un día después de aterrizar en Madrid visitó la Embajada y pidió ver a Yun Sok So, encargado de Negocios de Corea del Norte. En su encuentro, el asaltante se hizo pasar por empresario y se identificó con una tarjeta falsa. De hecho, los investigadores han descubierto hasta tres identidades ficticias que usaba Hong Chang para evitar dejar rastro de sus movimientos. Un día después del encuentro salió del país y volvió ya tres días antes del asedio.

Robaron pen drives, ordenadores, discos duros y móviles

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 explica que los asaltantes se hospedaron en diversos hoteles durante los días previos a su acción, uno de los cuáles se ubicaba a apenas 200 metros de la sede de la Embajada norcoreana. Ya el mismo día de los hechos, el viernes 22 de febrero, accedieron a comprar todo el material que emplearon en su ataque aunque solo lo utilizaron una vez en el interior para reducir al personal que se encontraba trabajando porque lograron entrar gracias a que el líder del grupo se hizo pasar de nuevo por un hombre de negocios. Una vez dentro, el líder aprovechó para abrir la puerta y permitir la entrada del resto de asaltantes. 

El grupo accedió con machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas y redujo a los empleados llegando a herir a alguno de ellos. En lo que respecta a Yun Sok So le amenazaron con barras de hierro y con aparentes armas de fuego apuntándoles en la nuca. La voz de alarma la dio la esposa de uno de los trabajadores que consiguió zafarse de los asaltantes saltando por la ventana del edificio que daba a la pista de pádel. Mientras tanto, y aprovechando que tenían a sus rehenes maniatados, se apoderaron de un par de pen drives, dos ordenadores, discos duros y un teléfono móvil. Además separaron a So del grupo y le incitaron a desertar del régimen norcoreano del Kim Yong-Un, respondiendo este con una negativa. 

Huida en Uber y vuelta a Estados Unidos

Tras cinco horas de decomiso, la mayoría de miembros del grupo abandonó la Embajada en varios coches que había en su interior. Adrian Hong Chan y otro más, por su parte, salieron del lugar en Uber y dejando en un descampado cercano todas las pistolas simuladas y los machetes que habían comprado ese mismo día. Apenas 24 horas después del asalto, todos ellos huyeron a Estados Unidos si bien Hong Chang partió a Lisboa y de ahí a Nueva York desde donde entró en contacto con miembros del FBI. 

Su declaración se hizo único responsable del ataque que ahora investiga la Audiencia Nacional. El magistrado explica que, aunque queda constancia de que participaron una decena de personas, solo se han podido identificar en este tiempo de instrucción al líder y a dos más: Sam Ryu y Woo Ram Lee. El magistrado José de la Mata imputa a todos ellos los delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenaza y robos. 

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