Nueva fisonomía 

La nueva normalidad ha cambiado a España: de los correos a los bares

Las restricciones han traído algunos beneficios, muchos de los cuales se quedarán un buen tiempo.

Terraza coronavirus mascarillas España
Terraza coronavirus mascarillas España
EFE

La nueva normalidad ha traído un cambio de costumbres en la fisonomía de las ciudades, de las calles, de los cielos, de los restaurantes, de las reuniones y hasta de los correos electrónicos. Esta situación incluso ha sacado a la luz algunas cosas que teníamos por buenas como el diseño de los edificios de oficinas cerradas: ahora parecen ratoneras o centros de infección. Son un peligro.

Esta es una lista de todos esos cambios a los que los españoles se tendrán que acostumbrar. Muchas cosas se quedarán. Otras volverán lentamente a su origen.

De reuniones interminables a reuniones eficaces. La directora general de Google España, Fuencisla Clemares, dijo en una entrevista reciente lo que habían cambiado las reuniones en la compañía: ahora son más cortas y más eficaces. La razón era que se hacían en remoto, y no se perdía el tiempo en comentar el partido de fútbol del fin de semana, o las nubes y la temperatura. Contactar en remoto ha obligado a las empresas a hacer reuniones cortas e ir al grano. Ganar en productividad.

De mails fríos a mails humanos. Los correos electrónicos están cambiando en su saludo inicial y en su despedida. Ahora la gente pregunta por el estado de salud de la otra persona e incluso por su familia, aunque no se conozcan. Un artículo en la BBC comentaba que las despedidas ya no son “abrazos” sino “espero que te encuentres bien de salud”. La palabra “salud” se repite más que nunca.

De edificios inteligentes a edificios abiertos. Los edificios inteligentes han sido uno de los emblemas de las sociedades modernas: son cerrados, con ventanas fijas, y sistemas de aire acondicionado o calefacción que ahorran mucho dinero. Pero ahora son ratoneras donde una persona con coronavirus puede infectar a todo el mundo. ¿Salas de reuniones? Mataderos. ¿Presentación de “powerpoint”? Infección segura. ¿Charlas en la máquina de café? Foco de contagios. De modo que esos edificios tan inteligentes ahora están medio vacíos y seguirán estando así mucho tiempo. Los pocos que acuden, prefieren encontrarse en espacios abiertos, y ahora se proponen reuniones en jardines, o consejos de administración en espacios ventilados: algo para lo que no estábamos preparados.

De “turistas terroristas” a “venid por favor”. En Mallorca comenzaron a circular hace más de un año pintadas donde se podía leer: turistas terroristas. Hubo una campaña, alentada por movimientos de ultraizquierda y alternativos, en las que se mostraba desprecio por los turistas aunque fueran la base de su economía. “Ahora los echan de menos”, afirma un directivo de comunicación de una importante empresa mallorquina. En Barcelona sucedió algo parecido. La ruedas de cientos de bicicletas de alquiler aparecieron pinchadas porque ocupaban “el espacio público”. Los autores eran de Arran, la organización juvenil del movimiento anticapitalista CUP. Ahora, el mismo gobierno catalán está promoviendo una campaña turística para atraer turismo “especialmente a los catalanes y al resto de los ciudadanos de España”.

De “despoblamiento rural” a “no os acerquéis. Uno de los eslóganes más trillados desde hace años era “la España despoblada o vaciada”. La emigración juvenil estaba dejando sin gente a miles de pueblos, sobre los que se cernía un futuro muy triste. Cuando la pandemia se extendió por el país, los habitantes de estos mismos pueblos pusieron barricadas para que no se acercaran “los de la ciudad”. No les dejaban ir ni a sus segundas residencias. Sin embargo, esas reticencias han dejado paso al sentido común, y ahora las reservas en plazas de turismo rural o casas de montaña son incluso mayores (en proporción) que en la costa, según informaba Rentalia, el portal de alquiler de turismo vacacional de idealista. Algunos se plantean seriamente mudarse fuera de las ciudades para siempre.

Conversaciones más claras y audibles en los restaurantes

De restaurantes ruidosos a mesas confortables. Los restaurantes y bares españoles no son famosos solo por sus tapas sino por su ruido: probablemente sean los más ruidosos del planeta. Hasta ahora, la disposición de las mesas muy juntas convertía a esos sitios en desafíos auditivos. Ahora, con la distancia social, por ley tienen que separar las mesas y, gracias a ello, las conversaciones son más claras y más audibles. Ahora hay más confort… pero esto no durará mucho.

De ciudades embotelladas a calles fluidas. Los atascos que eran una de las manifestaciones más elocuentes de las grandes ciudades, han dado paso a calles despejadas. La orden impartida a miles de empleados de hacer el trabajo desde casa, ha traído un alivio a las calles de las grandes metrópolis e incluso un alivio ambiental: ahora todavía se pueden sacar fotos de ciudades sin “la boina” de contaminación. Tampoco durará mucho.

Del cielo lleno de estelas de aviones a cielos azules. Uno de los fenómenos más raros es ver los cielos rasos y azules. La caída del tráfico aéreo ha permitido reducir las estelas de aviones, y también ha hecho más vivible habitar en urbanizaciones que colindan con aeropuertos. La apertura de los cielos europeos desde el 21 de junio no ha ido acompañada aún de las cifras de vuelos del año pasado, y quizá tarde mucho más en recuperarse.

De “el trabajo me causa estrés” a “la casa me agobia”. El estrés es una de las peores enfermedades laborales, sobre todo en los altos niveles ejecutivos. No solo supone exceso de trabajo y problemas que derivan en disfunciones psicológicas, sino que ese exceso de trabajo suponía estar menos tiempo con la familia. La mayoría de esos empleados añoraban tener tiempo para dedicar a sus hijos. Y ahora que han tenido oportunidad, han sucedido dos cosas: la mitad ha acabado más estresada que antes, pero la otra mitad ha descubierto todo lo que podía hacer con sus hijos. Hay estudios que demuestran que la mayoría de los niños ha mejorado durante el confinamiento gracias a la presencia de los padres. “Seis semanas de confinamiento: Efectos psicológicos en una muestra de niños de infantil y primaria” es como se llama este estudio realizado por las psicólogas de desarrollo infantil Marta Giménez-Dasí, de Universidad Complutense, y Laura Quintanilla, de la UNED, y citado por “El País”.

De “yo compro libros por el olor” a la fiebre por los “ebooks”. En España las ventas de libros electrónicos no superaba el 8% del mercado nacional del libro en 2018, según el Informe Anual del Libro Digital. Pero desde la pandemia, se impone el libro electrónico. El incremento en el consumo del libro electrónico ha sido del 50% desde mediados de marzo pasado, según la ACN (Agencia Catalana de Noticias) citando fuentes de Libranda. Gran parte de ese incremento se supone que se mantendrá en la nueva normalidad pues los brotes del virus inclinan a consumir libros electrónicos que no han tenido contacto humano.

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