Once soldados malienses mueren en ataque en norte de Malí reivindicado por AQMI

  • Once soldados malienses murieron este lunes en un ataque contra su acuartelamiento en la región de Tombuctú, norte de Malí, reivindicado por Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), según la agencia de prensa privada mauritana Al Ajbar.

El ataque es el segundo altamente mortífero en un mes después del que causó la muerte de seis soldados burkinabeses de la Misión de la ONU en Malí (Minusma) el 2 de julio al suroeste de Tombuctú, también reivindicado por AQMI.

Sobre las 05H30 (locales y GMT), "hombres armados no identificados atacaron el puesto de seguridad de la Guardia Nacional de Mali (integrante del ejército) de Gurma Rharus", a unos 140 km al este de Tombuctú, indicó un comunicado del Gobierno maliense.

"El Gobierno es de once guardias muertos, uno herido", afirma el documento, que condena un "acto terrorista, cobarde y bárbaro". Dos fuentes militares y un habitante de la localidad habían informado a la AFP del ataque y anunciaron 100 soldados muertos.

Según un habitante de Tombuctú, que contactó por teléfono con vecinos, los asaltantes gritaban "Alá akbar" (Alá es el más grande) cuando penetraron en el acuartelamiento.

En Mauritania, la agencia Al Ajbar indicó que un portavoz de AQMI, Abu Darda Al Chinguitty, reivindicó por teléfono un ataque de su grupo, al amanecer del lunes en Gurma Rharus contra las fuerzas malienses y dio un balance de nueve soldados muertos, cuatro vehículos destruidos y "un importante botín".

Hasta el momento no se había registrado ninguna otra reivindicación en los canales yihadistas habituales.

El ejército envió refuerzos a la zona, indicaron fuentes militares.

Los atentados yihadistas, que se circunscribían hasta hace poco al norte del país, se han extendido al centro y el sur, cerca de las fronteras con Costa de Marfil y Burkina Faso.

Varios grupos yihadistas vinculados a Al Qaida -incluidos AQMI y Ansar Dine- se adueñaron del norte del país africano entre marzo y abril de 2012, aprovechando la derrota del ejército ante los rebeldes tuareg, que fueron aliados de los islamistas antes de ser expulsados por estos.

Una intervención militar internacional promovida por Francia en 2013 echó a gran parte de esos yihadistas, aunque extensas zonas de territorio siguen escapando al control de las autoridades.

El sábado, un ataque contra el ejército maliense dejó dos soldados muertos y cuatro heridos en Nampala, en la región central de Segu, cerca de la frontera con Mauritania.

Los últimos atentados ilustran los obstáculos a los que se enfrenta el acuerdo de paz firmado el 20 de junio entre el gobierno de Malí y los rebeldes.

El pacto busca instaurar una paz duradera en el norte del país, que sufrió una serie de rebeliones tuareg desde los primeros años de la independencia del país, conseguida en 1960.

"Muchas fuerzas negativas intentarán hacer descarrilar el proceso de paz", avisó en julio el jefe de la Minusma, Mongi Hamdi.

Tras la emboscada del sábado, el gobierno de Bamako reiteró su compromiso y el de sus socios "con el irreversible proceso de una paz duradera".

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