Pena de 5 meses de cárcel a cabo del Ejército que llamó franquista a coronel

  • El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de cinco meses de prisión que un tribunal militar impuso a un cabo del Ejército por un delito de injurias a su coronel, a quien llamó, entre otras cosas, "ladrón" y "franquista" en varios correos electrónicos enviados al mail de su regimiento.

Madrid, 31 may.- El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de cinco meses de prisión que un tribunal militar impuso a un cabo del Ejército por un delito de injurias a su coronel, a quien llamó, entre otras cosas, "ladrón" y "franquista" en varios correos electrónicos enviados al mail de su regimiento.

El cabo Jaime G.A. envió en noviembre de 2012, desde su teléfono móvil y a la cuenta oficial del Regimiento de Artillería de Campaña nº 11, tres correos electrónicos en los que recogía injurias hacia su máximo superior inmediato, su coronel.

"Casi 100 usuarios de este regimiento han pedido vacante y todo eso es por la mala gestión, el maltrato y la NO palabra de nuestro actual jefe franquista", decía uno de los correos.

En otro le dedicaba al general epítetos como "a este le costará ascender y ojalá que no lo haga, por ladrón, mentiroso, y por ver su culo solamente".

El propio soldado asumió sus correos durante el juicio y por esta y otras razones el Supremo rechaza su recurso en cuanto se quejaba de la vulneración de su derecho a la presunción de inocencia.

El recurso que presentó el cabo para que le retirasen la sanción argumentaba también que sus quejas no iban dirigidas a nadie, ni tenían carácter injurioso.

Sin embargo, el Supremo coincide con la sentencia condenatoria en que las palabras del militar buscaban el desprestigio personal y profesional del coronel y "superan con creces los límites que pudiera tener una queja".

"Además de tutelarse la dignidad personal del ofendido, se trata de proteger especialmente la disciplina como bien jurídico esencial dentro de las Fuerzas Armadas", argumenta el Supremo en favor de la pena impuesta.

Aunque el condenado insista en que no hubo intención de injuriar, responde el Supremo, "resulta evidente que en los correos voluntariamente dirigidos a un superior se contienen ofensas clara y nítidamente atentatorias a la dignidad profesional y personal" del coronel afectado, concluye finalmente el alto tribunal.

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