Madrid, 9 jul.- El exmagistrado del Supremo y abogado de la juez Coro Cillán, Adolfo Prego, y el fiscal del Supremo Antolín Herrero han coincidido hoy en criticar al Consejo General del Poder Judicial en la vista del recurso que la citada juez presentó ante el Tribunal Supremo contra su condena por prevaricación.
"Podríamos estar de acuerdo en que la ineficacia disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) puede dar lugar a que conductas, que deberían haber sido corregidas a tiempo, acaben en situaciones como éstas, que obligan a fiscal a presentar querellas" contra determinados jueces cuando sus actuaciones irregulares acaban derivando en delito, ha dicho Herrero.
Con estas palabras el fiscal de lo Penal del Supremo respondía a los argumentos, también críticos con el CGPJ, del abogado de Coro Cillán, el exmagistrado del Supremo y actual abogado en ejercicio Adolfo Prego, que ha defendido hoy su recurso ante el alto tribunal.
El Supremo ha revisado hoy en vista pública el recurso que Cillán presentó contra la condena a una pena de 15 años de inhabilitación por prevaricación que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le impuso en relación con su administración judicial irregular de la discoteca madrileña Moma.
El abogado ha defendido que la sentencia contiene errores porque interpreta de forma equivocada varios testimonios que la llevan a concluir que existía "amistad íntima" entre la juez y una persona nombrada administrador de la discoteca y también que la condenada no permitía el acceso al sumario, que guardaba en su despacho.
El fiscal ha defendido no sólo la condena sino el hecho de que la dictara el TSJ de Madrid: "Determinados aforamientos tienen su sentido aunque esté de moda criticarlos", ha dicho antes de defender que Cillán fuera juzgada por magistrados distintos que sus compañeros de los juzgados madrileños.
Pero en lo que fiscal y defensor han coincidido ha sido en criticar al órgano de gobierno y disciplinario de los jueces.
"Se pueden hacer las cosas infinitamente mejor", ha reconocido el letrado en alusión a la conducta de su defendida antes de añadir que, sin embargo, "lo que la ley prevé para un comportamiento profesional que no voy a defender pero sí digo que está muy lejos de la prevaricación", es la sanción disciplinaria.
"En este caso el CGPJ debería por una vez haber ejercido la función disciplinaria para la que fue creado", ha expresado el abogado.
La magistrada Coro Cillán ha sido expedientada en varias ocasiones por retrasos, aunque no fue apartada de la carrera -cautelarmente- hasta que se abrió juicio oral contra ella por esta causa, en abril de 2013.
La condena que se impuso entonces a Cillán supone que la juez no podrá ejercer durante quince años y que perderá definitivamente su destino actual, lo que en la práctica implica casi con toda seguridad que, de confirmar ahora aquella pena el Supremo, quedará apartada definitivamente de la carrera.
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