Desde la España vaciada

La reinvención económica récord que produce 300 millones de mascarillas

Empresas de Béjar (Salamanca) y Castellón dinamizan la economía y crean empleo y riqueza en algunas de las zonas más atacadas por la pandemia cambiando su producción y especializándose en este producto.

La empresa Mascarillas Béjar, desde la ciudad salmantina, ha logrado fabricar 300 millones de unidades.
La empresa Mascarillas Béjar, desde la ciudad salmantina, ha logrado fabricar 300 millones de unidades.
Mascarillas Béjar

En 1970, Béjar (Salamanca), tenía 17.949 habitantes censados. Hoy apenas llega a los 12.559. La crisis golpeó muy duramente a la que fue considerada una de las capitales de la industria textil en España -en sus mejores años había más de 3o fábricas con más de 5.000 empleados-, y que llegó a alcanzar, en 2013, la triste cifra de un 32% de tasa de paro. De la capital de los paños se pasó a la capital del paro durante muchos años. Aún hoy, es la ciudad de más de 10.000 habitantes con más paro de Castilla y León, con el 22,65%.

Además, la pandemia del SARS CoV-2 ha atacado con dureza a esta localidad serrana salmantina lindante con Extremadura. Desde el inicio de la pandemia hasta el 27 de enero de 2021 ha habido en la ciudad 285 fallecidos y 1.888 enfermos por la Covid-19. Actualmente, su tasa de incidencia en los últimos catorce días se sitúa en 2.715,18 casos por 100.000 habitantes. De capital del textil a capital del paro... y de la Covid-19 sin solución de continuidad. 

Pero se dice que siempre que hay una crisis hay una oportunidad y en estos tiempos de pandemia, Fibras Textiles Sánchez S.L, con el apoyo financiero de ICW Holding, se ha convertido en Mascarillas Béjar. Una empresa "modélica", así lo asegura una de sus empleadas, por su reconversión en plena pandemia, que da trabajo a más de 100 personas (en febrero de 2020 apenas eran seis empleados), y que fabrica las mascarillas quirúrgicas IIR y las FFP2, totalmente españolas, únicas y eficaces para la pandemia en la tercera ola. 

Béjar es ahora la ‘capital de las mascarillas’ y en los últimos diez meses han sido capaces de fabricar casi 300.000 millones de mascarillas. "Sólo nosotros y el Grupo Mondragón", cuenta a La Información la directora de comunicación de la compañía, Elsa Martínez, "somos capaces de tal volumen de producción de mascarillas actualmente en España, ya que nosotros podemos llegar a producir un millón de mascarillas quirúrgicas IIR al día, si nos apuramos podemos llegar incluso al millón y medio, más las FPP2". 

Y todo, "invirtiendo el dinero que no teníamos, apostando por producir aquí, crear empleo y luchar y sufrir por una idea... Sin ningún apoyo económico de las instituciones". "Mascarillas Béjar ha centrado su trabajo, además de en la investigación en cuanto a ofrecer el producto con el mayor índice de protección", tanto las quirúrgicas IIR y las FPP2 (más del 95%) y las tecnolócicas NAN30 (99,8%) tienen el máximo, "en fomentar el empleo de calidad y la recuperación industrial de la zona, dado que sus trabajadores son de municipios cercanos y ha pasado de 6 trabajadores en sus inicios, a más de 100 en plantilla, contratando a más de 20 operarios nuevos para así poder hacer frente con garantías a esta tercera ola en la que nos encontramos. Garantizando así la producción y entrega de todos los pedidos a los que está teniendo que hacer frente por la tan alta demanda de sus productos de protección sanitaria, tanto de particulares como de empresas e instituciones", cuentan desde la compañía.

"Estaba en el paro", explica una de las empleadas, "soy divorciada y tengo dos niños a mi cargo y estaré eternamente agradecida a Mascarillas Béjar por este empleo. Trabajo, tengo un sueldo digno y puedo vivir. Y esto, en una zona tan ‘machacada’ por la crisis y por todo como es Béjar es una bendición"

Esta historia de resurrección empezó cuando los rectores de Fibras Textiles Sánchez, que fabricaban almohadas, se vieron inmersos en marzo en plena crisis pandémica y vieron que se trataba de "reconvertirse o morir". Con el dinero logrado de una operación de importación de mascarillas desde China lograron algo de dinero y "en vez de guardarlo decidimos invertirlo". Consiguieron, previo pago de más de 200.000 euros, importar una máquina de China, que "llegó con todas las instrucciones en chino y para montarla tuvimos que llamar a un amigo de esa nacionalidad que nos hizo la traducción" y "sudando sangre para importar material, celulosa, para fabricar las mascarillas. Un material que subía de precio ya montado en el avión porque otro cliente pagaba más y había que negociar...." 

Aun así, "logramos salir adelante" y hoy tienen 8 máquinas, más de 100 empleados y una capacidad de producir más de un millón de mascarillas al día. Francisco Sans, vicepresidente de la compañía, explica que "en ICW Holding, vimos que era un momento idóneo para impulsar con Fibras Textiles Béjar, en plena España vaciada, un proyecto único: una compañía de mascarillas y productos sanitarios especializados en protección anti-Covid y que ha sumado, a la necesidad sanitaria, la salvación del tejido económico de toda una zona y creado empleo". 

Igualmente, en la empresa resaltan en todo este proceso que ha llevado a cabo, "la importancia de la Inteligencia Artificial, que con el soporte técnico de Microsoft y el uso de la nube como elemento fundamental en el e-Commerce. Las nuevas tecnologías han sido vitales para desarrollar esta compañía que hoy por hoy es un ejemplo de la ‘España vaciada’".

Por todo ello, la empresa asegura que "nuestro lema siempre ha sido la seguridad, la calidad y la apuesta por diseños españoles y tecnología y fabricación españolas. Además, nuestros productos de protección sanitaria que cuentan con todas las licencias y reglamentaciones europeas de seguridad y protección, así como las más altas licencias y normativas de calidad y protección españolas como son la licencia AITEX, normalización Une y de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, certificados ISO 13485:2016 y 9001:2015, entre otros".

Castellón, la capital de La Plana, no está en la ‘España vaciada’, pero sí que es una de las zonas más atacadas por la pandemia: la ciudad está confinada perimetralmente hasta febrero, y como zona turística, se trata de un lugar que ha sufrido el ‘tsunami’ que la pandemia ha supuesto para sus principales industrias, la turística y la cerámica. Así, ha repuntado su tasa de paro hasta el 18% cuando hace apenas un año no llegaba al 15%. Y es que, como explica la patronal hotelera valenciana Hosbec, la campaña 2020 en Castellón fue "catastrófica", con apenas 1,2 millones de pernoctaciones y una caída del 69,4% respecto al 2019. El número de viajeros se contrajo en un 63% y los ingresos en esta sentido bajaron en Castellón en más de 100 millones de euros. 

Pues bien, allí, en la ‘zona cero’ de la crisis turística, cinco jóvenes de Ibiza sin experiencia en el mundo empresarial, Patrick y Adrian Nagel, Andrés García, Javier Llorens y José Luis Fernández, junto a Luis Ponce, crearon en marzo Airnatech Antiviral, una empresa que se ha convertido en este tiempo una referencia internacional y ha logrado fabricar la mascarilla más segura del mundo según la Asociación de Investigación de la Industria Textil. La empresa la crearon en Ibiza, pero pronto, por cuestiones de logística, desembarcaron en la península, en Castellón. 

Su mascarilla Airnatech Antiviral FFP2, es la estrella y ya trabajan en un modelo FPP3 "dirigido al sector de la industria cerámica, muy importante en la región, o a las farmacias, que utiliza unas nanopartículas para destruir el coronavirus cuando entran en contacto". Como Mascarillas Béjar, Airnatech utiliza la más alta tecnología y aseguran que "si no podemos competir en precio con lo que viene de China sí lo hacemos por calidad y seguridad, que es mucho mayor". Las mascarillas de Airnatech, que produce 120.000 diarias, están en grandes superficies, venta online y farmacias de España y la empresa exporta a Suecia, Noruega, Italia, Dinamarca, Alemania... Y ahora lo hará también a Rusia y Estados Unidos. La empresa ha pasado de 40 empleados a 120 en pocos meses, de los que más del 50% son mujeres y esperan que "en un corto espacio de tiempo", el 15% de la plantilla sean personas con discapacidad.

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