Reuven Rivlin, de trayectoria derechista, favorito a presidente de Israel

  • El destacado miembro del Likud, Reuvin "Rubi" Rivlin, de amplia trayectoria derechista y demócrata, se perfila como el principal candidato a ostentar la presidencia de Israel de acuerdo a recientes sondeos de opinión.

Jerusalén, 9 jun.- El destacado miembro del Likud, Reuvin "Rubi" Rivlin, de amplia trayectoria derechista y demócrata, se perfila como el principal candidato a ostentar la presidencia de Israel de acuerdo a recientes sondeos de opinión.

De lograrlo, Rivlin se convertiría en el décimo presidente de Israel en su segunda carrera por el cargo, después de que en la última ocasión en 2007 retirara su candidatura al conocer que el actual jefe del Estado, Simón Peres, concurría al puesto.

Compañero de partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu, Rivlin competirá con otros cuatro aspirantes en una votación en el Parlamento israelí (Kneset), la misma institución en la que ejerció de presidente en los gobiernos de Ariel Sharón (2003-2006) y Netanyahu (2009-2013).

Con una licenciatura en Derecho por la Universidad Hebrea de Jerusalén, nacido en esta ciudad y de 74 años, casado y con cuatro hijos, inició su andadura como parlamentario entre 1988 y 1992.

Tras este primer período, se mantuvo alejado de su escaño durante cuatro años, recuperándolo y conservándolo hasta su nombramiento como ministro de Comunicaciones bajo el mando de Ariel Sharón, cargo que cambió por el de presidente de la Cámara posteriormente.

El veterano político, identificado como moderado a pesar de la perfilada postura derechista de su agrupación -Likud-, goza de la admiración de analistas locales de distinto signo gracias a la integridad de su ideología y carácter de independiente.

"Siempre ha mantenido sus posiciones de forma independiente, incluso frente a primeros ministros fuertes como (el fallecido) Ariel Sharón y Netanyahu. Y eso es un buen atributo para la presidencia", aseguraba el editorial del diario progresista "Haaretz" en la jornada previa a su elección.

Esta determinación originó un enfrentamiento público con el otrora presidente del Tribunal Supremo, Aharón Barak, sobre los límites de la corte, y una controvertida crítica al discurso del papa Benedicto XVI en el Museo del Holocausto por su paso por las filas nazis.

Las discrepancias también marcaron su relación con el propio Ariel Sharón a causa de la retirada israelí de Gaza, y se rumorea que cuenta con la animadversión de Netanyahu, quien no respaldó en un principio su candidatura para la presidencia, así como de su mujer, Sara.

Su carrera a la presidencia sí goza, sin embargo, de las simpatías de extremistas como el ministro de Economía, Naftalí Bennett, que dijo de él ser un "sionista, con valores y buen corazón. Espero que Israel tenga un presidente como él".

En una encuesta recogida por el medio "Arutz 7", vinculado al movimiento colono, se indica que el 80 por ciento de los israelíes del sector religioso nacionalista apoya su candidatura.

Y la mayoría de los sondeos le señalan también como favorito para el puesto después de la retirada de la votación del diputado laborista y ex viceprimer ministro, Benjamín Ben Eliezer, bajo sospechas de corrupción por la compra de un lujoso apartamento que adquirió con el préstamo no declarado de un amigo suyo.

El desmarque de Ben Eliezer deja camino libre a Rivlin en la votación a la presidencia más disputada de la historia del país.

Defensor del juego democrático, en 2010, Rivlin trató de bloquear una legislación en el Parlamento para que se despojara a una diputada árabe-israelí de sus privilegios parlamentarios como castigo por haber participado en una flotilla con destino a la franja de Gaza para desafiar el bloqueo israelí.

Por otro lado, Rivlin es contrario a una solución de dos estados, y son conocidas sus posturas a favor de un estado único, lo que podría restarle apoyos entre los sectores de centro e izquierda.

Su pluralismo democrático no se traduce, no obstante, en el terreno religioso, debido a que defiende que la ortodoxia judía continúe al frente de las cuestiones civiles en la sociedad israelí cerrando la puerta a otras corrientes como la conservadora o reformista.

El presidente saliente Peres ha devuelto el prestigio a un cargo, de carácter simbólico pero considerado la cara de Israel en el exterior, socavado por sus predecesor Moshé Katsav, que cumple una pena de cárcel acusado de violación.

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